Sesame Street demostró que se puede hacer mercadotecnia con muñecos de tela y lo hizo con el lanzamiento de Zari, un muppet que lanzó dentro de Bahgch-e-Simsim, la versión afgana de Sesame Street.
La mercadotecnia de contexto exige la elaboración de contenidos correctos, para la audiencia indicada en el momento justo y la presencia de Zari es un ejemplo de cómo la industria de medios encuentra en sus contenidos la mejor inversión en mercadotecnia, sobre todo en un mercado donde la apuesta en valores resulta un paso seguro en el mercado, donde la percepción positiva es el único margen por el que las marcas apuestan y encuentran retribución en su inversión.
.@srwestin introduces our next guest to a wave of applause — Zari, @sesamestreet's new Afghan muppet! #2030Now pic.twitter.com/p6r83lXQlZ
— UN Foundation (@unfoundation) 18 de septiembre de 2016
Love seeing @SesameWorkshop Afghan teen muppet Zari talking about how she is changing perceptions of girls #2030Now pic.twitter.com/wg2BoCnHWH
— Kellie Kreiser (@KellieK) 18 de septiembre de 2016
Sesame Street es una compañía que basa sus ganancias en las licencias de sus personajes, quienes terminan por convertirse en su estrategia de contenido y apuesta ya no sólo en ventas, también en brand awareness con lo que se ha logrado tener la atención internacional por su constante participación en plataformas de comunicación, como conferencias ofrecidas por el gobierno de Estados Unidos o como imagen que promueve causas internacionales en la Organización de las Naciones Unidas.
A lo largo de la historia de esta compañía, personajes como Elmo se han convertido en un fenómeno comercial de licencias, merchandising y generación de contenidos, que incluso llevó a la realización de un documental llamado Being Elmo: A Puppeteer’s Journey (Ser Elmo: La vida de un titiritero).
Esta no es la primera vez que una compañía encuentra en la generación de contenidos una oportunidad millonaria a través de personajes animados. Tenemos a compañías como Walt Disney, con un valor en el mercado superior a los 178 mil millones de dólares, según un listado del Financial Times, gracias a la flexibilidad de sus personajes animados, que como marca han permitido crear verdaderas industrias de merchandising, licencias y experiencias que han dado la pauta para crear parques de diversiones, cintas cinematográficas o espectáculos.