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Esta medida iniciará con pruebas y de comprobarse su efectividad se expanderá a nivel global.
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La decisión de Zara es para acabar con el uso de sensores plásticos, que motivan la maquila de dichos aparatos con el material contaminante.
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Esta sustentabilidad que demanda el consumidor y en la que piensan cada vez más las marcas, ha llegado al ámbito de seguridad.
Zara probará una nueva tecnología, con la que comenzará a retirar de manera gradual los grotestos sensores plásticos que la industria de apparel ha usado por años, como alarmas para inhibir el robo de prendas y accesorios en punto de venta.
“Después de haber encuestado a 63 minoristas en la primavera de 2018, la NRF descubrió que los robos en tiendas por parte de actores externos (incluido el crimen minorista organizado) fueron la mayor fuente de pérdida de inventario en 2017, lo que representó el 35,7 por ciento de las mermas en promedio. Sin embargo, el robo interno por parte de los empleados y otros estuvo muy cerca, razón por la cual la mayoría de los minoristas toman medidas para garantizar la integridad de los empleados potenciales, como verificaciones de antecedentes penales, verificación del historial laboral, referencias personales y pruebas de detección de drogas”, explicó Felix Richter, analista de Statista al presentar un estudio de la National Retail Federation, que nos ayuda a entender el verdadero dolor de cabeza en que se ha convertido el robo en tienda para las marcas y cómo la sustentabilidad ha alcanzado la mente de estas compañías, por lo que el mix de ambas necesidades, inhibir robos y ser sustentables, llevó a Zara a dar con una medida única.
Zara se queda sin sensores contra robo
Etiquetas RFID (identificación por radiofrecuencia) son la solución que Zara encontró para inhibir el robo en sus tiendas, dejando de usar los grotestos sensores de plástico que por años han sido colocados en las prendas.
La decisión de la marca busca mayor eficiencia operativa para agilizar el proceso de compra y prueba de productos en tienda, ya que habrá accesorios que se puedan medir mejor al no contar con dichos sensores, además de que se eliminaría el proceso en el momento de pago por artículos, donde se tiene que retirar dichos sensores.
El uso de estas nuevas etiquetas permite incluso nuevas formas de medir hábitos de robo como patrones de robo, así como productos que son los más afectados por estas actividades delictivas, dando pie a nuevos procesos de valor del producto, al tener mayor cuidado en cierto inventario para evitar su robo y contar con nuevas métricas en tienda, del comportamiento contra ciertos productos.
“Estamos trabajando muy estrechamente con nuestros proveedores con este fin y, por supuesto, este proyecto se desplegará en el resto de nuestros formatos en el futuro”, explicó el consejero delegado en Inditex, Óscar García Maceiras, sobre el proyecto que inicia en julio en Zara y espera tener el total de tiendas como Massimo Dutti, bershka, Stradivarius, Oysho, Pull&Bear y Lefties con esta nueva tecnología.
El uso de nueva tecnología en punto de venta, en especial en apparel, ha llevado a marcas como H&M a implementar en sus puntos de venta robots como “Looop”, desarrollado por el Hong Kong Research Institute of Textiles and Apparel, que ideó la operación de esta enorme máquina junto a la H&M Foundation, para convertir prendas usadas en telas nuevas, listas para confeccionar ropa desde cero, ya que estas se ingresan a la máquina que descompone sus fibras para dar paso a las nuevas prendas.
La sustentabilidad ha permeado en las empresas y han llevado esta mentalidad a todas las áreas de su operación que incluye desde el upcycling hasta lo que estamos viendo ahora, como dejar de usar sensores plásticos difíciles de reciclar.
