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La basura electrónica es uno de los temas más controversiales sobre una de las industrias que mayor impacto tiene a nivel internacional: la tecnológica.
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Los hábitos del consumidor han determinado el impacto que ha alcanzado la tecnología en el mercado internacional, fundamental para nuestro día a día.
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China, Estados Unidos y Japón son los países que mayor basura electrónica generan en el mundo, según un estimado de The Global E-Waste Monitor 2017.
El mercado tecnológico se ha interesado cada vez más en el reciclado de los equipos que desechan y que forman parte de una industria de hardware, determinante en la manera en que interactuamos digitalmente.
Apple es una de las empresas que aparentemente se ha interesado en desarrollar tecnología con la que se reciclan los dispositivos de su marca, para reducir el impacto de los productos que genera y que en el mundo ha colocado a China, Estados Unidos y Japón, como los países en que más se generan estos desechos.
La generación de basura electrónica se estima que a nivel mundial ha tenido un impacto de 49 millones de toneladas métricas que se generaron durante 2018, según una proyección de United Nations University, con la que se advierte el impacto que esta industria ha tenido con la constante generación de desarrollos y la apuesta en innovación que no para en la generación de desechos.
La culpa de la basura tecnológica la tiene el retail
El retail se ha convertido en uno de los mercados más contaminantes en el mundo, pues la gran cadena de distribución con que opera solamente busca llevar productos a consumidores finales, olvidando la importancia de aprovechar su alcance en suministro, para la recolección de desechos.
Esto ha sido evidente con el video lanzado por Abandoned Exploration Squad, en el que muestran la gran cantidad de basura que genera Apple Store, a pesar de que muchos de los aparatos encontrados están en buen estado.
El resultado del video muestra el impacto que las tiendas de retail tienen en la generación de basura, haciendo relevante el compromiso que deben asumir las marcas para disminuir el impacto de sus desechos.