No cabe duda que la pandemia cambió de manera radical aquellos productos y servicios que para el consumidor eran indispensables. Aunque los servicios de internet para mucho ya habrían entrado en este rubro, lo cierto es que en medio de un obligado home office así como de clases en línea y, en general, un mundo conectado de manera digital, ahora la posibilidad de conectarse a la red de manera rápida, en todo momento y con las menores interrupciones resulta vital.
Para muestra, basta con reconocer como hacía mediados del año pasado, se dispararon las contrataciones de este tipo de servicios en el país.
Internet a la alza
Conclusiones entregadas en el reporte “Contratación de Servicios en Línea Durante la Cuarentena por Covid-19”, de la consultora de telecomunicaciones Agencia B12 México, destacó que de marzo a mayo, las contrataciones de internet y telefonía fija se incrementaron 20 por ciento. En total, en el país se efectuaron 32 mil 814 contrataciones en el periodo analizado.
Adicional, se encontró que el confinamiento y las necesidades derivadas del mismo, hicieron que el tráfico de red de las empresas líderes del sector en el servicio de banda ancha fija en el país se disparará durante el mencionado periodo en 40 por ciento.
En cuanto a los servicios más contratados, se encontró que el servicio de telefonía fija con internet de 20 megas se ubicó como el más buscado con 34.07 por ciento de preferencia, así como su versión en tripleplay, es decir incluyendo la suscripción de TV, con 32.44 por ciento.
Si hablamos de lo que esto supone en precios para el consumidor, tenemos que el monto promedio pagado por estos servicios fue de 491.63 pesos al mes, en donde contratación más barata fue por 100 pesos, mientras que la más cara fue de mil 500 pesos.
Más de 10 horas
Lo cierto es que en medio de estas cifras, durante los meses recientes hemos sido testigos de cientos de caídas y fallas en el servicio que han generado gran molestia entre los usuarios que ahora dependen en demasía de estos servicios de internet para llevar sus jornadas diarias.
Y es que la molestia está justificada, si consideramos lo que en tiempo laboral supone para los mexicanos contratar por un mes este tipo de servicios.
De acuerdo con información de un reporte entregado por VPN Surfshark, los mexicanos necesitan trabajar en promedio 9 horas 53 minutos al mes para pagar la conexión a internet de banda ancha más barata.
Aunque es cierto que hablamos de poco más de una jornada entendida por la ley (8 horas), la realidad es que el indicador cobra relevancia si consideramos en Canadá, por ejemplo, el tiempo promedio de trabajo para contar este servicio es de apenas 7 minutos.
De esta manera, considerando los países estudiados por el proveedor, México es el quinto país en el que más tiempo mensual deben trabajar los ciudadanos para pagar una conexión a la red. El mercado mexicano, sólo se ve superado por Bangladés (9 horas con 56 minutos), Colombia (11 horas 5 minutos), Kenia (14 horas 21 minutos) y Nigeria (33 horas 42 minutos).
Del otro lado de la moneda, los cinco países que menos horas deben trabajar para poder pagar servicios de internet son: Paraguay (1 hora 15 minutos), Estados Unidos (52 minutos), Alemania (46 minutos), Japón (38 minutos) y Canadá (7 minutos).
¿El home office?
Estas cifras llaman la atención en un momento en el que el home office es la norma y los gobiernos en todo el mundo, incluido México, buscan regular esta forma de trabajo para compensar, de cierta forma, los gastos que los empleados están absorbiendo tales como los servicios de internet.
Y es que contrario al grueso de las voces que aseguran que el home office representa un ahorro para los trabajadores, lo cierto es que cuando menos en el mercado mexicano, los empleados aseguran que trabajar desde casa supuso un 35 por ciento de incremento en sus gastos.
A decir del Termómetro Laboral de OCC Mundial, este fenómeno en la economía de los trabajadores “se debe al incremento de consumo en productos o servicios básicos como agua, gas, electricidad, despensa, así como gastos relacionados con el empleo: internet, mobiliario, herramientas especializadas, entre otros”. Así se estima que para tres de cada 10 trabajadores en el país, el home office ha repercutido en sus bolsillos.
La merma no es menor si consideramos que, a causa de la pandemia, muchas empresas redujeron sus salarios y prestaciones.
Más interesante es reconocer que pocas empresas son conscientes de los gastos relacionados al home office que los empleados están absorbiendo.
A decir de una encuesta firmada por Willis Towers Watson aunque el 57 por ciento de las compañías implementó el home office, sólo 9 por ciento apoya financieramente a los empleados que laboran desde casa con algún tipo de subsidio.