Microsoft realmente quiere que los usuarios de sus sistemas operativos actualicen a Windows 10, por lo que ha tomado diversas medidas para conseguirlo. En primer lugar, ofreció su nuevo sistema operativo como una actualización gratuita para la mayoría de los usuarios de PC (con versiones de Windows 7,8 y 8.1), sin embargo, no todos han decidido tomar la oferta, por lo que Microsoft ha comenzado a presionarlos, y ahora planean dejar de vender de forma preinstalada cualquier versión de Windows que no sea Windows 10.
En el mercado aún es posible encontrar equipos de cómputo que incluyen Windows 7, 8 u 8.1, sin embargo, esto ya tiene fecha de caducidad, a pesar de que Windows 7 continúa siendo el sistema operativo más popular del mundo, con una cuota de mercado del 53.74 por ciento, contra el 1.61 por ciento que representa Windows 10, de acuerdo con cifras de StatCounter.
Microsoft se encuentra presionando a los usuarios de versiones previas a actualizarse a Windows 10, incluso está camuflando la actualización como una actualización más de Windows Update, por lo que usuarios han reportado que sus computadoras se han actualizado “solas” a la última versión de Windows.
Apple por su parte también ha anunciado la descontinuación de varios de sus productos, movimiento que según algunos analistas y usuarios de redes sociales, es una táctica para presionar a los consumidores para que actualicen sus dispositivos.