Y se repite el karma de la humanidad: aquello que nos causa placer y gusto siempre trae consigo dolor, peligro o muerte. Pero más aún, termina siendo una silenciosa arma del poder que al final de lucra con el tema. Me explico. Hemos oído hablar de las ondas electromagnéticas, sin duda, de lo peligroso que son los rayos que emiten el microondas y el celular, etc., pero hace tiempo que los estudios también revelan que el wifi también desprende rayos que nos causan mucho daño.
¿Y la clara difusión de esto? Los medios callados bajo el paraguas de las compañías de telefonía y tecnología inalámbrica. Al fin, son daños que no se notan. Nos van matando, eso sí, pero no de forma evidente.
Y el wifi cada vez en más lugares, públicos y privados. Más bien es raro estar en algún lugar sin wifi, bueno, en medio de la naturaleza. Es una verdad que poco se comenta y frente a la cual se toman no se ven las precauciones: la exposición a la radiación de microondas de bajo nivel como la producida por los routers wifi causa daños irreversibles en el cerebro, cáncer, defectos de nacimiento, abortos, crecimiento anormal de los huesos.
Estoy alarmada, seriamente. Resulta que según estudios de la Organización Mundial de la Salud Epidemiológica y Ciencias de la Comunicación, la exposición a esta radiación se ha convertido en la principal causa de abortos involuntarios. Y, más grave aún, el nivel de radiación que causa esto es inferior al que están recibiendo los estudiantes, desde chiquitos, en un aula con wifi. Y peor aún el daño en los adultos porque al parecer los niños el tejido cerebral y médula de los niños tienen mayor conductividad eléctrica.
En fin, estoy con los pelos parados y no acabaría yo de enumerarles los daños callados que nos están causando el wifi y el celular, entre otros aparatos, pero sobre todo, lo más aterrador es la poca difusión del tema y los pronósticos científicos para esta humanidad tan ciega y maleable: para 2020 el cáncer y las mutaciones genéticas van a ser una pandemia en el mundo.
Y mientras tanto, los documentos de la Organización Mundial de la Salud muy bien archivados. Me refiero, por si alguien quiere buscarlo, a Simposio Internacional de Investigación Acuerdo No. 05-609-04., Efectos biológicos y daños a la salud por la radiación de microondas – efectos biológicos y la salud y el exceso de mortalidad de la radiación artificial de microondas de frecuencia de radio. Y todos con los celulares en los bolsillos, entre la cama y descontrolados cuando no tenemos la contraseña de Internet de cualquier lugar que pisamos.
Sí, la cosa es trágica, quizás más que lo ocasionado por el tabaco y otras sustancias, pero por ahora sólo se me ocurre que nos defendamos nosotros de la desinformación. Lo digo mientras nos vamos a vivir a Suecia, donde ya está reconocida la electrosensibilidad como enfermedad y hasta causa de baja laboral, y donde se estudian los espacios para situar redes y antenas.
No es para poca cosa y no cuesta tanto:
- Lap top en la mesa, no sobre las piernas.
- Desconecte el wifi cuando no lo use o por las noches.
- No abuse del celular, si puede, hable por el altavoz.
- Compre un despertador de los antiguos y deje de dormir con el celular al lado de la almohada.
- Si puede, cambie el acceso inalámbrico por cables de red.
- Evite teléfonos inalámbricos DECT en su casa.
- Un médico especializado puede hacerle una descarga de la radiación que recibió su cuerpo.
Pues sí, más allá de Hiroshima o de la dolorosa aparición del VIH, acá no va a quedar títere sin cabeza… Y nosotros, puras marionetas…
