WhatsApp ha reconocido que debe trabajar en entregar mayores garantías a un consumidor que busca moverse en entorno cada vez más cerrados.
Esta tendencia no es nueva y ya se vislumbraba hace unos años cuando las cifras hablaban de la migración de las audiencias de espacios totalmente abiertos y públicos como las redes sociales ha plataformas con mucho más control como las propias app de mensajería instantánea y directa.
Las cifras
Como punto de partida, es válido mencionar los hallazgos de un estudio realizado por Mobile Ecosystem Forum (MEF), AVG Technologies y On Device Research durante 2015, los cuales indicaban que más del 50 por ciento de los usuarios móviles a nivel mundial aseguraron haber eliminado una app por temas de privacidad y seguridad. Asimismo, un 34 por ciento dejaron de usar una aplicación por la misma razón.
El concepto privacidad y seguridad al que se hace referencia dentro de este tema, no sólo tenía que ver con el manejo que las empresas detrás de cada aplicación dieron a los datos propios de cada registro de inscripción; el asunto también se relacionaba con la exigencia por mantener una identidad en línea mucho más alejada del dominio público, razón por la cual no era extraño que Twitter comenzará a ser remplazado por Snapchat o Facebook por Facebook Messenger ante una búsqueda constante de opciones más intimas en donde la información pueda ser mejor controlada.
En este sentido, una investigación del Pew Research Center elaborada en Estados Unidos revelaba que el 49 por ciento de los usuarios con teléfonos inteligentes de entre 18 y 29 años usa aplicaciones de mensajería como Kik, Whatsapp o iMessage, y un 41 por ciento de los mismos prefieren aplicaciones que borran automáticamente los mensajes enviados como es el caso de Snapchat.
Este escenario que ahora parece muy lejano, ahora ha tomado nuevos bríos ante usuarios que cada vez son más conscientes del valor que tiene su información y que han descubierto que un mal manejo de aquello que comparten desde su “identidad digital” puede tener un fuerte impacto en la “vida real”.
Imágenes que se autodestruyen
Considerando esta situación, WhatsApp ha comenzado ha buscar nuevas alternativas para atender a un usuario que cada vez parece estar más preocupado por reducir la huella que deja en el terreno digital.
En meses pasados se dio a conocer la llegada de los mensajes que se autodestruyen y ahora, la plataforma está probando una función similar pero enfocada a las imágenes con algunas variaciones que vale la pena reconocer.
La información llega desde Wabetainfo, medio especializado que indica que la nueva función centrada en las imágenes enviadas por WhatsApp conseguirá que estos contenidos se borren de manera automática una vez vistos, sin posibilidad de que puedan guardarse en el dispositivo.
Se trata de una función similar a las fotos de Instagram Direct, en donde una vez vistas dejan de estar disponibles, no pueden guardarse de manera automática y no pueden descartase de manera programada.
En otras palabras, cuando un usuario comparta una imagen bajo esta función, el destinatario solo podrá verla una sola vez, así cuando la la vista previa de la foto sea abandonada dejará de estar disponible al borrarse de manera automática.
En este punto es importante mencionar que WhatsApp aún no ha implementado la detección de capturas de pantalla para estas imágenes que se borran solas, aunque se espera que pronto se agreguen dichas notificaciones.
Por ahora se trata de una función que esta en fase de pruebas con un grupo limitado de personas, por lo que no existe una fecha puntual de lanzamiento.
No obstante, lo que es un hecho es que la plataforma de mensajería está buscando nuevas formas para entregar un mayor control a los usuarios en lo que se refiere al manejo de sus contenidos, esfuerzo que podría ser reconocido y quizás mitigar el daño que sus nuevas políticas de uso generaron en la relación con su base de abonados.