Sin duda alguna, la pandemia por COVID nos ha hecho sentir frágiles y vulnerables. Un virus microscópico ha puesto al mundo de cabeza, y con ello nuestra vida cotidiana, nuestros planes, nuestra estabilidad física, emocional y financiera.

Si nos cuestionáramos sobre nuestro estado general y nuestra fuerza para luchar contra esta crisis, tendríamos que contestar algunas preguntas que resultan siempre incómodas. ¿Gozamos de buena salud para luchar contra la enfermedad en caso de contagiarnos? ¿Contamos con recursos financieros lo suficientemente sólidos para que nos puedan brindar estabilidad los próximos meses, o años? ¿Tenemos la posibilidad de acceder a un sistema de salud que nos garantice la atención adecuada ante una necesaria hospitalización?

La pandemia además de haber puesto al mundo de cabeza ha puesto ante cualquier persona y empresa una realidad; somos vulnerables y estamos globalmente conectados. 2020 ha sido un año de profundas transformaciones y aún estamos lejos de entender cuáles serán las consecuencias en lo económico, político y social. En tal escenario, reinventarnos, anticiparnos y prevenirnos han sido premisas obligatorias.

Vivimos hoy un clima de incertidumbre y no podemos saber cuándo podremos regresar a realizar cualquiera de las actividades que antes formaban parte de nuestra vida cotidiana. Quizá ya no vuelvan a ser iguales. Muchas preguntas y más respuestas que preguntas, sin embargo, no logran responder todas nuestras inquietudes.

La realidad es que, si hubiéramos sabido que esto pasaría, tal vez nos hubiéramos preparado mejor. Hoy tenemos que vivir con lo que tenemos y esto nos asusta y nos devela una gran verdad, lamentamos lo que no pudimos prevenir.

Tenemos ante nuestros ojos una incertidumbre que nos hace sentir frustrados y a veces hasta incapaces de luchar contra lo inevitable y fuera de nuestro control. Sin embargo y ante lo incierto debemos generar las condiciones necesarias para no salir perjudicados en las situaciones que sí podamos controlar.

Hoy más que nunca es necesario estar protegido y además contar con un respaldo financiero que sirva como blindaje. Nuestros bienes, si es que los tenemos, no debieran ser una moneda de cambio ante una eventualidad que ponga en riesgo nuestra vida y nuestra integridad.

Ante estas necesidades surge Ayanti Patrimonial para brindarte la protección que necesitas y que demandan las necesidades actuales a través de una plataforma automatizada y amigable según tus posibilidades. Podrás contratar de manera fácil una protección médica, de vida e incapacidad que te dé la certeza de que, aunque el entorno sea desfavorable, tú y tu familia podrán estar tranquilos.

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Ésta no será la única crisis. Todos nos enfermaremos de esta o cualquier otra enfermedad y tarde o temprano nuestra muerte será inevitable. Ante este escenario, ¿qué tan preparado quieres estar para las crisis futuras?