La venta de medicamentos con opio o marihuana ha desatado en meses recientes una dura batalla entre las autoridades de salud, federales, laboratorios y los minoristas. Este problema ha llevado a Walmart a interponen una demanda para defender la comercialización de estos productos en sus puntos de venta.
Para entender la relevancia de estar nueva disputa legal es importante reconocer la crisis de los opioides que ahora mismo se vive en Estados Unidos.
Opioides en la mira
El problema comenzó durante la década de los años 90, cuando diversos doctores comenzaron a buscar alternativas para minimizar el dolor de sus pacientes durante ciertos tratamientos y padecimientos.
De esta manera, diversos laboratorios comenzaron a desarrollar opioides u opiáceos, mismos que son medicamentos hechos a base de opio que parecieron ser la respuesta a las necesidades la comunidad médica.
Estos productos fueron impulsados con agresivas campañas de marketing por parte de los laboratorios dirigidos a los médicos, profesionales que comenzaron a prescribir con mayor frecuencia estas medicinas.
De esta manera se comenzó a crear un sólido mercado, que a la sombra fue el inicio de una epidemia de adicciones que pocos fueron capaces ver a tiempo.
El consumo excesivo de estos medicamentos creados a base de opio, generó una dependencia entre la población lo que se tradujo en la causa de muerte de más de 450 mil muertes por sobre dosis hacia el año 2000, según los datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Las marcas lo pagan
Ahora dos décadas después, en Estados Unidos, las autoridades de salud, federales y locales han buscado la manera de frenar este problema que no deja de crecer.
En agosto de este año, por ejemplo, un juez de Oklahoma condenó a la farmacéutica Johnson & Johnson a pagar 570 millones de dólares por perjurio a la población de ese estado, luego de que, derivada de la adición a estos fármacos, cerca de 6 mil personas perdieran la vida, según el gobierno estatal.
La acusación indica que el laboratorio inundó el mercado con estos medicados, al tiempo que utilizó publicidad engañosa para ocultar su alto grado de adictividad.
“La compañía utilizó información pseudocientífica y engañosa para minimizar el riesgo de que los opioides, que han provocado las peores molestias públicas causadas por el hombre que nuestro estado y este país hayan visto jamás: la crisis de los opioides”, dijo en que momento Michael Hunter, fiscal general de Oklahoma.
El problema con Walmart
Ahora, en medio de eta disputa que ha tocado a muchas marcas más, y después de verse amenazado con demandas civiles por el Justicia de Estados Unidos, Walmart interpuso este jueves una denuncia ante un tribunal por la tentativa del gobierno de hacerlos responsable por el consumo excesivo de etos medicamentos que son considerados “ultraadictivos”.
El reclamo fue presentado ante un tribunal federal de Texas, en donde la cadena minorista alega que el departamento de Justicia y la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) ponen en una “situación insoportable” a sus farmacéuticos al reprochar que no se hayan negado a vender medicamentos con opio previamente prescritos por los médicos.
Según defiende Walmart, un farmacéutico no tiene los conocimientos y la autoridad para negarse a entregar los remedios prescritos por un médico que cuenta con una certificación de la DEA. En caso de hacerlo podría, incluso, “perder su licencia” o “dañar la salud de un paciente”.
De manera puntual, el gigante del retail afirma que la DEA quiere encubrir “profundos errores” en el control de esta crisis.
Por tanto, Walmart demanda al tribunal de Texas que comunique de manera clara que ni sus puntos de venta ni sus farmacéuticos tienen la responsabilidad legal que el gobierno y la DEA pretenden atribuirle.