Creo que es complicado que estemos al tanto de qué tan vulnerables somos si no se conoce con cierta profundidad el tema. Pero hechos como el notificado la semana pasada por el Buró de Crédito que detectó la venta de información de usuarios del Buró en redes sociales pueden poner a muchos los pelos de punta.
Aunque se trate de datos del 2016, en redes sociales actualmente se puede estar ofreciendo al mejor postor información sobre su historial crediticio, pagos a hipotecas o vehículos, e incluso su puntualidad en el pago de servicios.
Esos datos pueden estar ahora en manos de estafadores, delincuencia organizada y quién sabe qué otros interesados. Desafortunadamente este tipo de hechos no son situaciones aisladas en México.
El robo de datos personales en México no sólo crece año tras año, sino que en el 2019 fuimos el tercer país con mayor incidencia de este delito en el mundo. Y no sólo se trata de simples mortales como nosotros, en septiembre del año pasado la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue hackeada y le sustrajeron 6 terabytes de información, entre lo que se encontraban documentos confidenciales, cartas, tarjetas informativas, videos, todos pertenecientes al gobierno mexicano.
Si nos mantenemos en las esferas gubernamentales pero unos años más atrás, cabe recordar el escándalo en el que estuvo involucrada la administración de Enrique Peña Nieto durante el 2017 cuando se conoció que el sistema de espionaje Pegasus fue utilizado en contra de periodistas, activistas de derechos humanos y opositores políticos. Personas a las que accedieron a través de sus dispositivos inteligentes.
Finalmente, a finales del 2021 Meta, que agrupa las redes sociales WhatsApp, Facebook e Instagram, denunció la operación de empresas de espionaje en sus plataformas para obtener información de sus usuarios; estas empresas tenían operaciones en México en ese momento.
Los ataques para obtener nuestra información que vertemos en la red, o que se encuentra en nuestras plataformas digitales son incesantes, y aunque no estemos al tanto de qué tan vulnerables somos, sí tememos por lo que pueda pasar con nuestra información.
Un estudio elaborado por la Asociación de Internet MX indicó a finales del año pasado que el 69% de los internautas en México teme ser víctima de algún tipo de robo de datos personales, y otro 29% cree que su privacidad puede ser violada a través de las redes sociales.
Y no se trata de una simple percepción, la misma Asociación reportó que al cierre del 2021 el 50% de los internautas en México sufrió algún tipo de fraude cibernético, robo de información o vulneración de identidad.
La tecnología nos está dando mucho, y le da forma a parte de nuestra vida en la actualidad. Pero también nos hace cada día más vulnerables al adentrarnos en un mundo que poco conocemos y manejamos. Al parecer nuestra mejor opción es ser cautos, estar atentos y activar tantos candados virtuales como podamos.