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Los problemas de fabricación que obligan a la revisión de automóviles son cada vez más comunes en la industria.
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Ahora es el caso de Volvo, que llamó a 500 mil coches con riesgo de incendio. Hace unos meses, hubo dos episodios similares en la marca.
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Mercedes-Benz aún padece financieramente el recambio de los airbars de Takata.
En 2018, la marca alemana BMW advirtió que más de un millón y medio de vehículos estaban en riesgo de incendio. Fueron vendidos entre 2010 y 2017 y abarcaba a unos 42 modelos distintos.
Años antes, varias automotrices de todo el mundo debieron gastar millones para reemplazar airbags defectuosos de la compañía Takata. El costo de los recambios aún sigue generando problemas financieros para algunas.
Por ejemplo, Daimler, compañía dueña de Mercedes-Benz, advirtió este mes que se producirá una caída en sus ganancias de 2019 por los costos relacionados con los retiros de esos airbag que explotaban.
Este tipo de imponderables son cada vez más comunes en la industria. El problema es que afectan en un momento en el que el sector está en plena transformación, en una etapa de cambios de paradigmas que implica una fuerte inversión en desarrollos.
Para algunas empresas puede ser letal que a los gastos en la exploración de nuevos impulsores eléctricos o en conducción autónoma se le sumen los de este tipo de revisiones.
Volvo
El último caso se produjo este lunes: Volvo, la compañía que es propiedad de Zhejiang Geely Holding Group de China, dijo advirtió que llamó a revisión a 507 mil vehículos porque “han identificado que en casos muy raros el colector de admisión de plástico del motor puede fundirse y deformarse”, dijo la marca en un email enviado a los clientes.
“En el peor de los casos, existe la posibilidad de que se produzca un incendio localizado en el compartimiento del motor”, agregó.
Stefan Elfstrom, de Volvo Cars, dijo que no han evaluado todavía el impacto financiero, pero apuntó que la compañía “está dispuesta a reparar los vehículos defectuosos lo más rápido posible sin que los clientes deban incurrir en ningún costo”.
Los autos fueron producidos entre 2014 y 2019 y tienen un motor diésel de 4 cilindros y 2 litros. Los modelos afectados son el S60, S80, S90, V40, V60, V70, V90, XC60 y XC90.
Si bien la compañía no tiene informes de accidentes o lesiones personales, todos los clientes recibirán una carta pidiéndoles que se comuniquen con su distribuidor local para solucionar el problema con un recambio de la pieza gratuito, publicó Bloomberg.
El tercero en 12 meses
Este llamado de Volvo es el segundo de 2019 y el tercero en menos de 12 meses. En febrero, retiró 167 mil vehículos en el mundo por un problema en la puerta de la cajuela.
Unas semanas antes, había hecho otro llamado a revisión, en esa ocasión estuvieron involucrados cerca de 219 mil coches por un problema en la bomba del combustible que alimenta el motor.
Volvo Cars, en 2010, fue comprado por Geely al estadounidense Ford. Con el tiempo, saneó sus cuentas y está recuperando su imagen. Sin embargo, este tipo de problemas son graves para una marca de lujo.