La carrera por la afinación de la tecnología de los self-driving cars o automóviles de conducción autónoma está en su momento más intenso desde que se inició hace unos años con la irrupción de Tesla Motors y su ‘Autopilot’, compañía que parecía estar más avanzada pero que ejercicios vistos con Uber o en Singapur nos hacen pensar que no está tan distante de otras compañías.
La sueca Volvo es una de las automotrices que participan en esta competencia y está por iniciar las pruebas de sus primeros vehículos de conducción autónoma pero con una estrategia diferente; ‘camuflajeará’ sus autos, es decir, no les colocará ningún distintivo, marca o dispositivo que los haga fáciles de identificar.
La razón, es que la automotriz está preocupada por no arriesgar sus autos ante posibles agresiones o confrontaciones por parte de otros automovilistas que, al identificarlo podrían verse tentados a ponerlos a prueba o agredirlos, de acuerdo con un reporte de The Guardian.
Y, es que Volvo está por iniciar pruebas (el 1 de noviembre) de un lote de self-driving cars en las principales calles y avenidas con mayor tránsito de Londres, Reino Unido, pero, a decir de Erik Coelingh, senior technical leader en Volvo Cars -entrevistado por el medio británico-, la medida es porque tienen datos que indican que si los otros conductores identifican los vehículos los “desafiarán”.
El ejecutivo no está errado, pues de acuerdo con un estudio publicado a principios de este mes por la London School of Economics -que incluye la participación de 12 mil conductores de 11 países- concluyó que los conductores agresivos intentarán “intimidar” a los ocupantes de los vehículos autónomos, ya que los verán como una “presa fácil” en las carreteras debido a que los programas están obligados a respetar los reglamentos de tránsito.
La estrategia de Volvo es diferente a la que vimos con Uber y sus camiones autónomos que incluso vieron oportunidad para crear una acción de marketing durante su primera prueba en las carreteras de Estados Unidos, pues la compañía se asoció con Budweiser para ser la primera marca que viajara en este tipo de vehículos con un cargamento de sus cervezas. Además los autos con los que hace pruebas en su servicio de traslados en Pittsburgh están plenamente identificados.
Mientras que en en Singapur, el taxi autónomo desarrollado por la compañía nuTonomy que ya presta servicios, también cuenta con distintivos que lo hacen fácil de identificar por parte de los usuarios.
No olvidemos tampoco que los autos de Telsa se han visto involucrados en algunos accidentes relacionados con su programa ‘Autopilot’, por lo que la compañía de Elon Musk trabaja para mejorarlo, incluso anunció recientemente que todos sus autos van a ser completamente autónomos, incluyendo el Model 3.
La posible desconfianza o poca familiaridad con este tipo de tecnología -la de los self-driving cars- puede representar no sólo el reto de las marcas para posicionar sus vehículos, sino también un posible desafío por los automovilistas que, en afán de “comprobar” su eficiencia pondrían a prueba los autos y con ello, poner en riesgo la seguridad de los conductores.
Pese a la aún precoz incorporación de la conducción autónoma, las marcas ya desarrollan proyectos importantes, algunas de ellas ya con modelos que podrían salir al mercado masivo en el corto o mediano plazo, entre ellas Ford, General Motors, Fiat-Chrysler, Mercedes-Benz, Volkswagen, BMW, Toyota, Honda, Nissan, Hyundai y KIA. Sin olvidar los trabajos de Google y Apple.