La automoción eléctrica sigue en submarino por convertirse en la norma alrededor del mundo y en este sentido son cada vez más las marcas que han comenzado a fijar fecha para “dar muerte” a sus propuestas de autos de gasolina. Volvo ha sido la última en pronunciarse al respecto.

El que ahora parece un paso obligado para la industria automotriz, no sólo ha sido adoptado por las grandes empresas como una respuesta a consumidores que exigen marcas con propuestas ue supongan una menor huella ambiental.

En realidad se trata de un negocio que se valúa en miles de millones de dólares y que, una vez consolidado, pude ser especialmente rentable.

Automoción eléctrica en números

Cuando menos así lo muestra un reciente estudio firmado por Capgemini Research Institute el cual indica que la preferencia del consumidor por conducir vehículos autónomos se podría duplicar en los próximos tres años. Mientras que ahora solo 25 por ciento de los consumidores preferirían manejar un vehículo autónomo para los próximos 12 meses, más de la mitad (52 por ciento de los conductores dicen que los vehículos autónomos será su modo de transporte preferido para 2024.

Los beneficios más valorados por el consumidor, serían el ahorro de combustible (73 por ciento), la reducción de emisiones (71 por ciento) y ahorro de tiempo (50 por ciento).

Más interesante es reconocer que la mitad de los consumidores (56 por ciento) estarían dispuestos a pagar más del 20 por ciento por un vehículo autónomo que por uno tradicional.

En esta linea hemos visto como surgen nuevos competidores (tal como Apple) para este nicho al tiempo que las firmas automotrices más convencionales están ajustando sus planes para abrazar la creciente tendencia.

En meses pasados, por ejemplo, desde Reuters, indicaban que altos ejecutivos del Grupo Volkswagen han confirmado que la compañía está evaluando el futuro de las marcas Lamborghini, Bugatti y Ducati, en donde existe la posibilidad de ponerlas en venta.

El plan, según la agencia de noticas, podría incluir asociaciones tecnológicas, reestructuraciones y la posible venta para las firmas Lamborghini, Bugatti y Ducati

Reuters citó a dos ejecutivos de Volkswagen que aseguraron que la empresa necesita determinar si cuenta con los recursos para desarrollar plataformas eléctricas para estas tres marcas que representan menores ventas que su flota más convencional, al tiempo que continua invirtiendo grandes recursos para brincar a la automoción eléctrica en masa.

Adiós autos de gasolina 

Ahora ha sido Volvo la marca ha anunciado sus intenciones para convertirse en un empresa cien por ciento eléctrica, plan para el cual ha puesto fecha de cumplimento: 2030-

De esta manera, desde ahora, la firma automotriz comenzara a abandonar los motores de combustibles como una medida para responder a las exigencias propias del mercado.

“Estoy totalmente convencido de que no habrá clientes que quieran quedarse realmente con un motor a gasolina”, dijo el presidente ejecutivo de Volvo, Håkan Samuelsson, a la prensa tras ser consultado sobre la demanda futura de vehículos eléctricos. “Estamos convencidos de que un auto eléctrico es más atractivo para los clientes”.

En este sentido, Volvo trabajará para que durante 2025 el 50 por ciento de sus ventas sean de autos eléctricos, mientras que la potra mitad corresponderán a modelos híbridos.

Este cambio vendrá acompañado de una reinvención de los canales de venta y es que Volvo a dicho que sus vehículos eléctricos se venderán únicamente mediante plataformas de e-commerce.

Volvo ha dicho que lanzará una nueva familia de autos eléctricos en los próximos años, que solo serán vendidos por internet al tiempo que trabajará en mejoras y reparaciones inalámbricas para sus nuevos modelos eléctricos.

Si bien este movimiento parece obligado para las firmas del sector, lo cierto es que lo que está en juego sin cientos de miles de empleos que se verán comprometidos ante la electrificación y digitalización de la industria.

No obstante, Samuelsson dijo que el proceso de electrificación en toda la industria afectará sobre todo a las plantas de motores y proveedores de todo tipo de productos para los autos. “Por supuesto que se trata de muchos empleos”, afirmó. “Pero en general no creo que haya muchas diferencias”.