Tras pasar por la peor crisis de marca en su historia con el ‘dieselgate’ por la manipulación del software de miles de sus autos para engañar a las revisiones ambientales, a Volkswagen AG no le va bien -pese a tener buenos resultados financieros- pues ahora enfrenta un conflicto que afecta directamente a su producción.
El grupo automotriz informó que detendrá la producción de la Golf -su coche más vendido- y Passat en seis plantas de Alemania y se verá ponlligada a recortar la jornada laboral a más de 27 mil empleados.
Volkswagen señaló que la decisión se debe a un conflicto con uno de sus proveedores de piezas y componentes que provocó la escasez de suministros para fabricar los asientos de los dos modelos y piezas para las cajas de velocidades.
Entre las instalaciones de VW que se verán más afectadas se encuentran su planta de Wolfsburgo , donde laboran 10 mil trabajadores, la de Emden, donde trabajan 7 mil personas, y la de Zwickau en la que 6 empleados se verán obligados a reducir su jornada.
El conflicto que se arrastra desde la semana pasada cuando Volkswagen acusó -según un reporte de Notimex, que cita al diario alemán Der Spiegel– un boicot por parte de grupo Prevent, empresa matriz de dos proveedores implicados, deberá resolverse en los tribunales de la provincial de Brunswick.
Según un reporte de Europa Press, la automotriz alemana busca alcanzar un acuerdo para recuperar la totalidad de su producción, sin embargo, no ha logrado evitar el freno vigente en algunas instalaciones desde el 18 de agosto y que se podría extender hasta el 29 en algunas plantas.
De acuerdo con la información disponible, los proveedores exigen a Volkswagen una indemnización de 500 millones de euros porque el consorcio alemán rompió de forma unilateral un contrato de aprovisionamiento que se tendría que iniciar el año que viene.
Más allá de que sea cierta o injustificada la demanda, el daño ya está hecho para la compañía dirigida desde septiembre de 2015 por Matthias Müller que, tras el escándalo de emisiones no deja de enfrentar problemas con la automotriz, lo que dificulta recuperar la imagen de la marca y la confiaza de los consumidores. Además, el paro podría costarle a la automotroiz hasta 100 millones de euros semanales, según varios expertos.
Entre las dificultades que ha enfrentado Volkswagen desde el fraude se destaca una multa exigida por las autoridades federales de Estados Unidos por 15 mil 300 millones de dólares, la infracción más alta para una automotriz en la historia de ese país.
Pero no es todo, también la prohibición por parte del gobierno de Corea del Sur de 80 modelos de la automotriz, además de una multa -esto a principios de agosto-. También enfrentó una nueva crisis de marca debido a que en un reporte de la Universidad de Birmingham, se señala que existen dos nuevas vulnerabilidades que permiten hackear autos Volkswagen a distancia.
Al final, la automotriz ha mantenido estabilidad financiera, según su reporte del segundo trimestre donde, a pesar de reportar ganancias netas de 3 mil 579 millones de euros, un 37 por ciento menos que en 2015, la automotriz logró superar a Toyota Motors en ventas globales.
Ambas automotrices disputan desde hace algunos años el liderazgo en ventas, pese a que detrás de ellas se acercan General Motors, la Alianza Renault-Nissan, y Nissan por si misma como marca.