Estamos viviendo en un época donde la tecnología está avanzando a ritmos que históricamente no registraba: estamos teniendo innovaciones que van al consumidor que están cambiando nuestra forma de interactuar con el mundo y que nos están planteando nuevos paradigmas en todos los órdenes de la vida. Empezamos a oír de criptomonedas, tokens, blockchain, modelos de lenguaje, inteligencia artificial, metaversos y, desde hace dos semanas, vino el boom de la realidad aumentada (AR) y mixta (MR) gracias a la presentación de los Apple Vision Pro.
Esto no es nuevo, así como el metaverso ya había tenido esbozos con Second Life en los 90’s-00’s y con Minecraft/Roblox más recientemente, la AR y MR tuvo su “hit” con el popular juego para móviles “Pokemón Go” y los esfuerzos de Snapchat con sus Spectacles y desde hace más de una década que Google lo ha intentado con sus Google Lens. Se han abierto muchos debates y conversaciones de todo tipo, desde la posible usabilidad, experiencia hasta las implicaciones éticas y de privacidad que implican estas tecnologías.
Mientras unos piensan catastróficamente en un posible aislamiento de la humanidad más profundo que el creado por los medios sociales y que nos conduzca a terrenos similares a los planteado por Ernest Cline en su bestseller “Ready Player One” (qué también es película), otros piensan que vendrá un época de mayor comodidad y productividad a la hora de hacer muchas tareas como nos muestra la ficción de “Minority Report” (Sentencia Previa) donde las interacciones con estaciones de trabajo suceden con gestos y acciones naturales. Muy similar a lo que plantea Apple con su dispositivo.
Mientras tanto, Meta con Mark Zuckerberg a la cabeza, lanzan su versión 3 del Quest que, como sabemos, está más centrado en realidad virtual (VR) que en en AR/MR aunque desde el Quest 2 ya hay opciones básicas para interactuar con el entorno aunque no como el camino que Apple ha tomado. Es decir, aún estamos en la búsqueda de cómo vamos a consumir masivamente estas tecnologías, de forma similar a cómo estamos adoptando los aplicativos basados en Inteligencia Artificial (AI) y Machine Learning (ML).
Estas tecnologías van a permitir a las marcas llevar sus esfuerzos de marketing al siguiente nivel. Y, lo que es más importante, están dando a los consumidores nuevas formas de interactuar con productos y servicios. Ya no les digo con el deporte. Con AR y MR, podemos crear experiencias personalizadas, interactivas e inmersivas que realmente sorprendan al público objetivo. Al Target, pues. Pero no es solo diversión. AR/MR pueden ser una herramienta poderosa para “evangelizar” a los consumidores sobre nuestros productos y servicios. Ya no tenemos que depender solo de imágenes estáticas o descripciones de texto. Ahora, podemos mostrar a nuestros clientes cómo funcionan nuestros productos en tiempo real y en 3D e incluso colocarlos “en nuestro espacio físico”. Quizás el caso más práctico, es que esta tecnología está siendo usada en la app de Amazon para que puedas ver como ese sillón que quieres comparar se ve en tu sala.
Además, las experiencias de AR/MR pueden ser altamente virales. ¿Quién no querría compartir un video de ellos mismos interactuando con una campaña de marketing AR súper genial? Este tipo de contenido puede ayudar a las marcas a expandir su alcance y atraer a nuevos clientes si lo hacen bien.
Ahora, como dijo nuestro amigable vecino arácnido, con un gran poder viene gran responsabilidad. Como profesionales de marketing, tenemos el deber de utilizar estas tecnologías de manera ética. Esto significa ser transparentes acerca de los datos que recopilamos, obtener el consentimiento informado de nuestros usuarios y garantizar la seguridad de sus datos. Algo que resulta obvio, pero hay muchas implicaciones al tener acceso al entorno físico de una persona, que regularmente será su casa o espacio de trabajo.
También debemos ser conscientes de las cuestiones de accesibilidad y equidad. Como con cualquier tecnología emergente, AR y MR deben ser accesibles para todos, independientemente de su capacidad económica o habilidades técnicas. Vision Pro se lanza con un precio de mercado que de entrada no es asequible para todos (3,500 USD), mientras que Meta Quest ronda los 600 USD.
En 2018, estuve haciendo pruebas para algo que denominamos “La Transmisión del Futuro” y la idea era combinar tecnología de AR/MR usando la tecnología HoloLens de Microsoft y la intención era hacer un desarrollo que permitiera integrar datos de un partido de fútbol en tiempo real para que algunos fanáticos pudieran vivir una experiencia que aportara una experiencia mucho más interactiva a la transmisión normal. Imaginábamos que cuando cayera un gol, “apareciera” junto a tu TV el autor del gol festejando y sus estadísticas. La tecnología ya existía, la probé y funcionaba. Desgraciadamente, no encontramos a esa marca pionera que se lanzara a la aventura de ser la primera en llevar a cabo una activación de patrocinio deportivo de esta magnitud. Esperemos que con esta “masificación” que podrá traer una marca como Apple en el mediano plazo, ahora si nos permita ver a las marcas activar este tipo de tecnologías para conectar con sus consumidores.
Queda mucho camino por recorrer, sin embargo, también ya hay camino recorrido. Es el momento de generar las conversaciones necesarias para revisar las implicaciones éticas y de privacidad, las implicaciones socio-culturales y también las posibilidades de mercado y negocios que toda tecnología que emerge puede brindar. Y eso que aún no hablamos de cómo esto se conecta con la Inteligencia Artificial. Mucho por venir.