Solemos distraernos de nuestra rutina y realidad a través del uso de la tecnología y sus diferentes desarrollos. Plataformas y juegos que simulan una realidad paralela que nos permite sentir y pensar de manera diferente. Las circunstancias, el contexto y la coyuntura nos orillan e incluso obligan a llevar por momentos una vida parcialmente virtual.

Estas dinámicas tienen consigo ventajas y desventajas. En el caso del deporte, la práctica virtual ha permitido substituir los entrenamientos grupales, presenciales, para dar paso a entrenamientos individuales que se convierten en grupales gracias a la tecnología.

En condiciones muy delicadas y adversas por Covid 19 no hemos dejado de ejercitarnos, no hemos dejado de correr y de rodar. Hemos buscado formas de mantenernos sanos y de continuar practicando el deporte que más nos gusta.

Las carreras virtuales se han convertido en una de las pocas opciones que tenemos para ejercitarnos. Una opción mediante la cual corremos en lo individual, registramos nuestros resultados en una plataforma, compartimos nuestras experiencias y nos sentimos parte de un movimiento grupal. Las opciones y modalidades son diversas: retos de un solo día y diferentes distancias; retos de distancias muy largas a acumular durante varios días con una fecha límite; y muchísimas otras formas más. Corremos virtualmente en nuestro barrio o sobre una banda. Esta estrategia nos permite mantenernos unidos, entrenados y seguros.

Pero existen opciones mucho más completas y emocionantes. ¿Has escuchado de Zwift? Zwift es una aplicación (como muchas otras que existen en el mercado, pero cito ésta por ser mi favorita) que te permite correr o rodar desde tu casa, apoyado en una banda para correr o un rodillo y tu bicicleta, postrado frente a un monitor, simulando una carrera o recorrido en bicicleta, acompañado de otros competidores y participantes, que a su vez están conectados en tiempo real desde sus hogares.

Correr o rodar la misma ruta poniéndote a prueba con deportistas de todo el mundo se ha vuelto una realidad gracias a Zwift. La velocidad a la que corres o pedaleas desde casa, se refleja en la ruta que compartes en la pantalla, rebasando o siendo rebasado por mujeres y hombres que al igual que tú, desde sus hogares, se mantienen unidos, entrenados y seguros.

Me di cuenta que vivía una especie de vida virtual, cuando comencé a ponerme de acuerdo con mujeres y hombres de distintos países para salir -es un decir- a pedalear juntos el sábado por la mañana, en una ruta virtual, cada quien desde su pantalla, en territorios y husos horarios distintos.

Las condiciones actuales nos han obligado a reinventarnos, a adaptarnos a los cambios, a explotar al máximo nuestra creatividad y talento, buscando continuar con nuestras metas y objetivos. Los entrenamientos y carreras virtuales han llegado para quedarse. Si bien nada substituye al 100 por ciento la gran experiencia de correr y rodar al aire libre en compañía de los amigos, vivir una especie de vida virtual nos permite acercarnos a otras personas que se encuentran muy lejos de nosotros y que de otra forma sería imposible alcanzar.