De acuerdo con Gary Davis y Joseph Scott, escritores del libro Estrategias para la creatividad; la creatividad es “el resultado de una combinación de procesos o atributos que son nuevos para el creador”. Esta definición choca con la mentalidad de que ser creativo significa tener ideas alocadas o “fuera de la caja”. En realidad, la creatividad está alrededor de nosotros, en todo lo que vemos y en lo que hacemos, un ejemplo es cuando tenemos que reparar algo en casa y no contamos con los materiales necesarios, buscamos la forma de hacerlo funcionar temporalmente.
Esto nos hace ver que la creatividad es una parte fundamental del ser humano, por lo que debemos de eliminar la idea existente de que los publicistas, mercadólogos, diseñadores y otros profesionistas son los únicos que hacemos uso de este pensamiento. La creatividad es algo que todas las personas tenemos, tal como lo menciona el psicoanalista Erich Fromm, “la creatividad no es una cualidad de la que estén dotados particularmente algunos individuos, sino una actitud que puede poseer cada persona”.
Para incrementar la creatividad se debe de ejercitar el músculo creativo y trabajar en ello para que, cada que se nos presente un problema, tengamos la habilidad de resolverlo a través de un pensamiento lateral, como lo llama el médico y filósofo Edward Bono.
Además de no ser único para ciertas profesiones, el pensamiento creativo puede ser el desarrollo de algo totalmente nuevo o la renovación de algo ya existente. Ejemplo de ello es el auto eléctrico que desde hace casi 200 años se desarrolló, pero debido a su elevado costo y a que las baterías no eran recargables, fueron un fracaso, y no fue hasta hace apenas algunos años que se volvieron rentables. Dicho esto, debemos comprender que el pensamiento creativo empieza desde que nos preguntamos cómo cambiar, solucionar o mejorar un proceso que favorezca nuestro estilo de vida.
Por otro lado, las personas dicen carecer de creatividad, pero ésta se encuentra por todos lados, solo hace falta perspectiva, interés o un poco de tiempo libre. ¿Por qué digo esto último? Por qué en un estudio de la Universidad del Estado de Pensilvania, descubrieron que las mentes de las personas en momentos de ocio tienden a divagar más. De hecho, de acuerdo con los psicólogos, el aburrimiento nos estimula a explorar nuestra creatividad y nos permite pensar de otra forma.
No obstante, cada vez es más difícil dejar que nuestra mente tenga un “tiempo libre”, gracias a las distracciones que hay en nuestro alrededor, así como nuestro constante impulso de hacer planes y estar ocupados. Según Josh Bersin, un experto en recursos humanos, los negocios modernos deben tener tiempo de ocio para sus empleados, con esto el personal tendría momentos de esparcimiento mental.
Después del proceso mental para generar ideas, llega una de las partes más complicadas, materializarlo. Esto último no es sencillo, ya que se puede ser creativo, sin ser innovador.
Regresemos al ejemplo de la casa, si bien juntar dos piezas con cinta adhesiva podría ser “creativo,” no es innovador. Esto se debe a que el proceso fue distinto a lo que generalmente se utiliza, sin embargo, no representa un cambio definitivo a nuestro estilo de vida, así como tampoco un artículo novedoso.
Pero ¿para qué lo aplicamos a nuestro día a día? Como mencioné antes, para mejorar nuestro estilo de vida e inclusive generar un cambio en los sectores económicos y empresariales de la sociedad. Ambos conceptos son tan importantes que la ONU considera que éstos, en conjunto con el emprendimiento, pueden proporcionar un nuevo impulso a la sociedad.
Entonces podemos decir que es mentira, debemos dejar de lado la idea de que la creatividad es solo para algunos y de que no somos creativos. Es momento de enfrentarnos a nosotros mismos y observar lo que hacemos todos los días, para descubrir nuestra parte creativa y seguir ejercitándola día con día para que cada vez llegue más lejos y no solo impacte nuestra vida personal.