Por: Juan Cárdenas
Mi país es uno que desde que tengo razón, no confía en su policía. Pese a creer que esto es una tendencia general, e incluso saber que algunos policías han actuado bien, sí me atrevo a afirmar la mayoría de los ciudadanos en cualquier estado no confía en su policía.
Mi perspectiva es que son corruptos, oportunistas, fáciles, abusivos, irresponsables y sin criterio (quizá esto último lo peor). También creo que esto es culpa de cada gobierno e institución responsable, pues poco se puede esperar de quien no se capacita correctamente, no se cuida, no se protege ni atiende. La policía está hoy en día atada de manos y ni queriéndolo podrían acabar con los principales organismos de crimen del país, simplemente no tienen la infraestructura, sus elementos son mal pagados y hasta explotados.
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¿En qué deciden creer?
Pero pienso esto no se relaciona, aunque sí afecte; la ciudadanía pese a tener también responsabilidad tanto en autoridades como con el trato a sus fuerzas policiales, no puede padecer por la situación del país ni darse el lujo de temer a quien debería protegerlo.
Así crecí yo, temiendo por igual a un policía que a un ratero. Sabiendo que ambos podrían ser igual de violentos o reaccionarios. A mayor poder o “jerarquía” peor y más el miedo. Por ello al encontrarme un anuncio publicitario de Fuerza Civil – La nueva policía de Nuevo León, ilustrado debajo, mi confusión es mucha. Me pasó una vez ya, cuando Felipe Calderón promovió una muy bien producida campaña de guerra al crimen y narco en spots, pancartas, anuncios en prensa escrita o hasta en las fachadas de los mismos edificios públicos; buscando generar admiración y respeto en personajes histórica y diariamente manchados por la corruptela.
El mensaje del anuncio primero no es tan fácil como creo debería ser. “Te sentirás agotado. Pero la sonrisa de un niño mantendrá la esperanza”. Lo sabemos, las sonrisas de los niños son lo que mantiene la esperanza de hecho. Sí, supongo que también en un policía. Podemos leer notas como la publicada por El Universal sobre el policía Carlos Lobato, quien sobrevivió a principios de mes cumpliendo su trabajo y hoy disfruta a sus tres niños, cuyas sonrisas seguramente son lo que le da fuerza y esperanza, pero no le dan mejores condiciones ni garantías, y enternecernos por su caso y situación no lo ayudan ni a él ni a nosotros. Debemos dejarlo a nivel familiar, es algo delicado de utilizar, casi morboso. ¿No recuerdan las víctimas adolescentes o infantiles perdidas a manos del crimen? ¿Creen que sus padres las olvidaron ya? Y el mensaje no es “para que eso no vuelva a pasar”, no podemos seguir ahogando niños para llegar a decir que vamos a tapar el hoyo sin realmente hacerlo.
Y ¿agotado? Agotado está casi todo el país. Cada día llevado hasta el límite, cada día mayor el descaro, el cinismo. No crean será tan fácil.
Analicemos luego la foto, es un rostro duro, joven claro, pues es lo que se busca, pero firme, seguro, sucio, trabajador, activo. La foto es buena a pesar del enojo que también manifiesta (y quizá busca empatía con el enojo social). El fondo tiene el rojo de la bandera en diferentes tonos haciéndolo más dramático. La imagen de su sitio web es igual de eficiente, y me parece lo mejor de esta comunicación.
Pero luego una línea peligrosa: “Carrera policial y reconocimiento a tu trabajo”. Si tales cosas existen nadie las ha ejercido y comunicado. Temo por este anuncio, pues me está vendiendo también a la institución detrás. Algo nada fácil de vender con la presunción que mencioné al inicio. En el fondo me está diciendo que es una venta nada más, no una acción política real.
El nombre mismo me hace ruido: Fuerza Civil, aunque en estricto entiendo al no ser una fuerza militar la policía puede denominarse civil (y a veces así ha sido) sigue estando regulada por la autoridad política; a pesar de que han sabido y se han tomado el tiempo de definirlo detalladamente; pero es un buen intento. Sin embargo ¿es eso todo lo que puede decir la policía de un estado fronterizo, tan peligroso como hermoso, sitiado a ratos y transgredido? Un estado donde el narcotráfico tiene la misma importancia económica que su industria, un estado endeudado por 5 mil 327 millones de pesos, busca reclutar nuevos policías ofreciendo ¿qué?
Si alguien siente he sido duro, los dejo con una última idea. Ciudadanos y policías, son quienes no deberían entrar en conflicto, nosotros civiles deberíamos protegerlos tanto como la policía a nosotros, deberíamos estar orgullosos de ella y cada agente honrado de servirnos y motivado por ver a su sociedad mejorar, merecérselo. Deberíamos exigir por nuestras fuerzas del orden las mejores condiciones pues significan nuestra seguridad. Nunca deberían ciudadanía y policía enfrentarse, recriminarse, temerse. Son los facinerosos, pillos y villanos los que deberían temer.
Nada de lo anterior es real. Al contrario. ¿Esperan entonces que un nuevo policía dé su vida porque nosotros sociedad le paguemos 15,148 pesos (antes de impuestos)? ¿Por la sonrisa de un niño? Que feo decirlo, pero eso no basta.