En un esfuerzo para que la población vaya ubicando a la Covid-19 como una enfermedad viral más, con la que tendremos que convivir de aquí en adelante, al igual que la gripe común e influenza, entre otras más, la Secretaría de Salud (SSa) federal iniciará con la vacunación anual contra Covid-19 en octubre próximo.
Así lo adelantó esta semana Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, en el marco de la conferencia mañanera de la Presidencia. La vacunación otoñal formará parte del plan de control a largo plazo que las autoridades de salud diseñaron para combatir el virus SARS-CoV-2.
Se confirmó que se eligió octubre, con el fin de aprovechar la logística de la operación para aplicar las vacunas contra la influenza, que se distribuyen en México desde 2007.
Y aunque aún no se definen las marcas de las vacunas anti Covid que serán aplicadas a la población, el funcionario argumentó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no indicó que deban usarse necesariamente formulaciones bivalentes, como las de Pfizer-BioNtech o la de Moderna, las cuales vienen con contenidos de cepas o variantes más recientes del virus.
Muy al estilo de la 4T, no se pueden ir del escenario sin dar un buen araño al prójimo: “Pfizer y Moderna han querido permear esta idea, pero es más bien una aspiración comercial”, con lo cual dejó claro que no se irán por este camino.
A la vez, se informó que las dosis se aplicarán a los grupos considerados de alto riesgo similares a los que se consideran en el plan de vacunación contra la influenza, como son personas adultas mayores de 60 años en adelante, personas con enfermedades crónicas -como diabetes, obesidad, o inmunodepresoras, como el cáncer- y mujeres embarazadas, entre otros más.
También, tal como ocurrió durante la pandemia, se compartió que los niños y adolescentes no serán incluidos en el plan de vacunación Covid de octubre -con el consecuente gran pendiente de los padres de familia-. “Los más jóvenes, niñas y niños, adolescentes, no es necesario que se vacunen, pues durante la pandemia, presentaron un bajo riesgo de complicaciones”, expresó el polémico funcionario.
La autoridad sanitaria recordó que las vacunas anti Covid no garantizan que una persona no se contagie del virus SARS-CoV-2, sino que protegen contra posibles hospitalizaciones o muerte.
Que Dios nos agarre confesados…
La insuficiencia venosa, bajo la lupa
Se estima que siete de cada 10 adultos en México presenta algún grado de insuficiencia venosa crónica (IVC) en sus extremidades inferiores. Esta condición puede manifestarse de diferentes formas, desde venas varicosas y pesadez en las piernas hasta úlceras venosas y complicaciones más graves. La IVC puede estar relacionada con varios factores de riesgo, como son la edad avanzada, debilitamiento de las válvulas venosas y padecer diabetes, entre otros.
A decir del doctor Sergio Alafort Castillo, médico flebólogo, socio de la Academia Mexicana de Flebología y Linfología (AMFIL) y director de la Clínica de Varices Narvarte, la insuficiencia venosa crónica es un padecimiento en el cual las venas no llevan la sangre como deben desde las extremidades hacia las cavidades derechas del corazón, y de allí, al pulmón, para que en ese órgano se oxigene, pase al corazón oxigenada y luego vaya del corazón por la arteria.
No hay que olvidar que esta condición médica crónica es incurable y afecta a un número significativo de personas en todo el mundo, donde nuestro país no es la excepción. La prevalencia de la IVC en la población femenina adulta se encuentra entre el 20% y el 50%, mientras que en los hombres oscila entre el 10% y 20 por ciento. Así es, las mujeres tienen una mayor predisposición a desarrollar IVC en comparación con los varones, sobre todo por los cambios hormonales que experimentan durante el embarazo y la menopausia.
Hoy en día, a decir del médico consultado, se utiliza en los pacientes la hidrosmina (conocido comercialmente como Axiras), medicamento que la farmacéutica española FAES Farma trajo a México y que está indicado para el alivio, en el corto plazo (de dos a tres meses) los síntomas relacionados con la Insuficiencia venosa.
Al tener México una tasa tan alta en obesidad y sobrepeso, provoca que haya una gran cantidad de personas con problemas venosos. Por supuesto, los kilos de más ejercen una presión adicional sobre las venas, lo que dificulta el flujo sanguíneo adecuado, al igual que tener un estilo de vida sedentario. La falta de actividad física y estar sentado o de pie durante largos períodos puede aumentar el riesgo de desarrollar esta condición.
Dado lo anterior, es fundamental educar a la población sobre los factores de riesgo, los síntomas iniciales y las medidas preventivas que pueden adoptarse. “Promover un estilo de vida saludable, que incluya actividad física regular, mantener un peso adecuado y evitar el sedentarismo, puede desempeñar un papel importante en la prevención de la IVC”, añadió Lafort Castillo.
Aunque se habla poco de ella, la IVC es un desafío de salud importante en México, pues afecta a una proporción significativa de la población adulta. El acceso a la atención médica especializada y los tratamientos adecuados puede estar limitado, sobre todo en algunas regiones de México. Por tanto, es fundamental capacitar a los profesionales de la salud en la detección y gestión de esta condición, sobre todo a los médicos de primer contacto.
Dado lo anterior, es esencial que las autoridades, los profesionales médicos y la sociedad en general presten atención a esta condición y trabajen en conjunto para mejorar el acceso a la atención médica y promover la prevención. La implementación de políticas de salud enfocadas en la detección temprana, el tratamiento adecuado y la educación pública contribuirá a mitigar el impacto de la IVC y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Empero, la insuficiencia venosa no se quita, pero sí se controla, y como se mencionó antes, con el tratamiento correcto es posible reducir la posibilidad de complicaciones.
El Botiquín
