Cuando se trata de evaluar los estándares de honestidad y ética de diferentes profesionales, los estadounidenses califican a los relacionados con la medicina entre los primeros, de hecho las enfermeras obtienen 84 por ciento, seguido de los farmacéuticos (67 por ciento) y los médicos (65 por ciento).Sin embargo, lo que llama la atención, es la poca confianza y ética que atribuyen a los expertos en publicidad. De hecho, apenas un 11 por ciento de los participantes, considera que son confiables, honestos o éticos según esta investigación realizada por Gallup.
En contraste, un 40 por ciento de los encuestados de 2016, considera que los profesionales de publicidad, tienen bajos estándares de honestidad y ética.
Y es que, muy a pesar de la calidad de los trabajadores de esta industria, la percepción de la opinión pública no varía en su evaluación y por ello las cifras no varían casi con respecto a 2015 y 2014, e incluso de 2013 cuando se alcanzó el porcentaje más alto desde 2001, que apenas llegó a 14 por ciento de los participantes que pensaban que los profesionales del sector tenían honestidad y ética.
Para hacerse una idea, las cifras son similares a las de los profesionales de seguros, vendedores de coches y miembros del Congreso. Y además, la mala imagen del sector no solo es para los publicistas, pues según un estudio, también de Gallup, la imagen de los profesionales de PR, quedaba en la sexta peor posición de 25 profesiones.
La falta de confianza, por lógica, puede afectar la efectividad de los mensajes, aunque por ahora no se muestran cambios en las prácticas de las agencias, que puedan resultar en una visión más positiva de la opinión pública, sobre estos profesionales.