Por Alvaro Rattinger
twitter @varu28

Los mercadólogos estamos siempre en búsqueda del mejor momento para impactar al consumidor. Los extremos no se han hecho esperar, hoy existe publicidad hasta por encima de los mingitorios. El trabajo de la publicidad es detectar espacios sin competencia para insertar mensajes al consumidor. El principio de tal acción es muy lógico, en especial para los que trabajamos en un ambiente de bajo presupuesto y alta exigencia de resultados.

Los lugares en los que el consumidor está solo son cada vez menos, la sala de televisión, restaurantes, oficina y el trayecto en el vehículo son invadidos de manera diaria por las marcas. Un terreno que hasta este momento se mantiene casi virgen es la pantalla del móvil, es cierto, hay publicidad, pero el consumidor puede controlar su exposición con sólo comprar apps sin publicidad. Si vemos los hábitos del consumidor será interesante observar la forma en que nos comportamos en el baño, en ese espacio tan íntimo se ha creado una sub cultura de usuarios de telefonía móvil.

Según un estudio de 11mark.com el 75 por ciento de los usuarios utiliza su teléfono en el W.C. Un dato que resulta relevante es encontrar que los hombres son los más propensos, en especial la llamada Generación Y (nacidos entre 1982 y 1999). Las distorsiones en este segmento de edad son de llamar la atención, el 30 por ciento indicó que le resultaría difícil ir al baño sin su aparato celular. Las mujeres se comportan de forma similar, el 20 por ciento declara que utiliza el gadget telefónico durante sus visitas al toilette. Sospecho que por simple discreción el estudio refleja menor uso por parte del género femenino.

¿Para qué usamos el teléfono en el baño?
Lo más interesante desde la óptica de tendencias del consumidor no es el uso del móvil, sino el destino de la acción. 67 por ciento de los encuestados declaró que lee contenido, seguido por 59 por ciento que envía mensajes de texto, 42 por ciento uso de emails y por último 29 por ciento accede a redes sociales.

Me parece que la mayoría de los usuarios aprovechan este espacio para ponerse al tanto y en contacto con el trabajo o familiares. Los consumidores han perdido los espacios personales y el baño parece ser de los pocos que se han conservado. También si vemos los datos de adicción al móvil se explica con bastante claridad el fenómeno, según encuestas de la revista Merca2.0 el 46 por ciento de los usuarios se declara adicto a su smartphone.

Lo que más aterra del multi mencionado estudio es que 1 de cada 6 móviles contiene rastro de materia fecal y 19 por ciento ha caído en la taza del inodoro. En este sentido es lógico que productores reconocidos de teléfono móviles han prometido lanzar modelos residentes al agua.

Ya saben, si le marcan a un amigo y hay un eco en el fondo, no es por estar en una piscina…