La tecnología continua su avance en todos los ámbitos de la vida diaria y en esta ocasión parece haber llegado a los urinarios, para que aquellos hombres que los utilicen puedan, al terminar, salir con el pene lavado y secado en segundos, tal como explica su creador, el bioquímico y empresario valenciano Eduard Gevorkyan.
Gevorkyan ha trabajado en este proyecto junto al economista Iván Giner y el técnico Miguel Ángel Levanteri, con la intención de rediseñar el clásico urinario para aportar mayores ventajas a sus usuarios.
El urinario se activa gracias a un sistema de sensores que detectan cuando se ha finalizado su uso para poner en marcha una cortina de agua con jabón, cuya temperatura varía según la época del año, más caliente en invierno y más fría en verano. El proceso duraría apenas tres segundos y estaría adaptado para ser usado por todos los hombres, sin importar el tamaño de su miembro. “Para que nadie en el mundo quede discriminado”, como señala Gevorkyan.
Una vez finalizado el proceso de lavado, otro sensor activa el proceso de secado, también con temperatura regulada según la temporada, y que funciona como un secador de manos, cuya corriente de aire se mantiene activa otros tres segundos.
Sus creadores se encuentran por los momentos en negociaciones con una empresa española que les ha ofrecido por la patente, 680.000 euros, después de que una holandesa les hiciera una oferta por 300.000 euros.
La meta de su creador es sustituir los urinarios actuales en todo el mundo, una vez que se comience a poner en funcionamiento su prototipo en septiembre, gracias a la impresión 3D, aunque para comenzar, Gevorkyan, cree que podrían triunfar fácilmente en Islandia, Suecia y Austria, pues están entre los países más limpios del mundo.
El prototipo diseñado por Gevorkyan