Ya no digamos que seremos como Dinamarca, sueño guajiro del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque ni siquiera seremos como Ecuador, con todo respeto para este país sudamericano. Todos sabemos que México se encuentra rezagado en comparación con otras naciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), como es Ecuador, el mismo país con el cual México acaba de romper relaciones diplomáticas.
“Ecuador invierte casi tres veces más que México en salud. Yo creo que si Ecuador lo ha podido hacer, siendo un país más pequeño, con menos recursos y, sin duda, no tanto desarrollo, estoy seguro de que México puede llegar a otras cifras de inversión. América Latina, hoy, tiene un promedio de 6%; mientras que México está en 2.75%”, advirtió el flamante director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), Larry Rubin.
En este contexto, el llamado de la AMIIF para aumentar la inversión en salud en México, no solo es oportuno, sino también esencial para el bienestar y el desarrollo del país. En una nación donde la salud es una prioridad fundamental para millones de personas, es hora de que el gobierno tome medidas significativas para mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud.
En este contexto, el directivo hizo hincapié en la necesidad de considerar la salud como una inversión, no como un gasto. En el marco del “Día Mundial de la Salud”, la AMIIF instó a que la salud sea una prioridad en la agenda de desarrollo del país.
Además, como sabemos, México ni siquiera cumple con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un mínimo del 9% de inversión en salud. Esta falta de inversión se refleja en el gasto de bolsillo en salud de la población en general, que alcanza el 47%, muy por encima del promedio de la OCDE, que es del 24 por ciento.
En este contexto, la petición de la AMIIF de elevar la inversión en salud por encima del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) es un paso en la dirección correcta. Hoy en día, México apenas alcanza el 2.75% de inversión en salud, una cifra alarmantemente baja en comparación con otros países de la región. Estados Unidos invierte un impresionante 16% de su PIB en salud, mientras que Canadá destina el 12%, lo cual evidencia que México está muy rezagado en este aspecto crucial.
El bajo presupuesto dedicado a salud contrasta, significativamente, con el promedio de la OCDE, que alcanza los $4,986 dólares per cápita anual, mientras que en México apenas llega a los $1,181 dólares, lo cual es una diferencia significativa.
Rubin insistió en que esta inversión es esencial para cerrar la brecha existente en el sistema de salud mexicano y beneficiar tanto al sistema de salud nacional como a la sociedad en su conjunto.
El director ejecutivo de la AMIIF destacó que la inversión en salud no solo es una cuestión de bienestar, sino también de desarrollo económico, pues cada dólar invertido directamente en la economía de la salud genera 0.8 dólares adicionales dentro de la economía general, según el informe “Health Economy Reporting: ROI of Health Investments“. Esto demuestra claramente que la salud es un motor económico clave para el país.
Por si fuera poco, dicha inversión en salud potencialmente podría generar 2.4 millones de empleos, lo cual impulsaría significativamente la economía del país.
Rubin no dejó de recordar que la AMIIF ha presentado diversas propuestas prioritarias en materia de salud, que incluyen medidas como las siguientes:
- Garantizar la salubridad con perspectiva de género,
- Enfocarse en la prevención a través de la vacunación y el diagnóstico oportuno,
- Invertir en investigación y desarrollo,
- Asegurar un financiamiento estratégico y sostenible, y
- Garantizar que los medicamentos y dispositivos médicos estén al alcance de todos.
El director ejecutivo de la AMIIF enfatizó que el aumento progresivo al doble del presupuesto gubernamental en salud es crucial para alcanzar estándares aceptables en materia de inversión en salud. Ello situaría a México en un nivel más cercano al máximo de inversión en América Latina, que equivale al 6% del PIB. Los beneficios de esta inversión serían tangibles, con mejoras concretas en la salud de los ciudadanos mexicanos.
Aunado a lo anterior, Rubin subrayó que invertir en salud no solo promueve la justicia social y fortalece el sistema de salud, sino que también contribuye al desarrollo económico y social del país en su conjunto.
“La salud es un derecho fundamental para todos, y su mejora es esencial para construir una sociedad más saludable y productiva. El llamado de la AMIIF es claro: es hora de priorizar la salud como una inversión estratégica para el futuro de México”, concluyó el directivo.
El botiquín
- Las propuestas de las candidatas a la Presidencia (del candidato mejor ni hablamos), en materia de salud, quedan mucho a deber. La heredera del actual mandatario, López Obrador, solo aspira a la continuidad en todo, incluyendo el sistema de salud, así, sin mayor crítica ni propuesta. En el reciente debate, Claudia Sheinbaum aseguró que la mayoría de la gente prefiere al IMSS-Bienestar sobre el Seguro Popular, con una “encuesta fantasma” que solo ella conoce. Además, recordemos que solo 23 estados se han adherido a este nuevo sistema de salud, por lo cual, si las matemáticas no me fallan, faltan nueve estados… ¿Qué pasará con ellos?
- Por otro lado, la candidata de oposición, Xóchitl Gálvez, no es que esté mucho mejor, pues quiere revivir al extinto Seguro Popular, otorgar la tarjeta Mi Salud de manera universal y asignar un médico familiar a todos para enfocarse en la prevención de enfermedades y, si por alguna razón el sistema de salud no puede atendernos, podremos acudir a un hospital privado con cargo al erario, es decir, una subrogación como la que ya existía en gobiernos anteriores. Nada nuevo bajo el Sol.