El 59 por ciento de los aficionados prefiere acercarse a una marca relacionada con sus preferencias deportivas, eso habla del poder de sports marketing en el mundo.
En el caso del tenis. Sus figuras hablan por el deporte. Rafael Nadal, generó ganancias durante 2017 por arriba de los 15 millones de dólares, de acuerdo con datos de la ATP, seguido del suizo Roger Federer quien recaudó 13.05 millones de dólares.
En cuanto a este último, cerca de cumplir 37 años, Federer protagoniza uno de los mayores golpes de efecto que se recuerdan a nivel de patrocinio en el ámbito deportivo; superior, por ejemplo, al que dio en su día el norteamericano Andre Agassi, quien en 2005 sustituyó a Nike por Adidas tras 19 años de relación comercial.
Después de una relación contractual de 20 años con Nike, el suizo (36 años) rompe con la marca estadounidense y firmó un contrato de una década para cuadruplicar su salario, a partir de ahora de 26 millones anuales con Uniqlo.
En la Centre Court de Wimbledon, se vio a Federer sin el emblema de Nike en la pechera o la bandana; sí en el calzado, porque Uniqlo no lo fabrica. Ya sorprendió hace un par de días, cuando se entrenó con una camiseta de la Laver Cup –una exhibición que promociona desde el curso pasado–, y también en su primera intervención ante los periodistas en el All England Tennis Club, ataviado con camisa y americana, sin distintivo.
Así como así Uniqlo arrebató a Federer a Nike, un patrocinio por demás valioso en el tenis.