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El acuerdo establece reglas más estrictas para combatir la corrupción tanto en el ámbito privado como en el público, reflejando un enfoque progresista y responsable en las relaciones comerciales.
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México, con un comercio bilateral de bienes que alcanzó los 82 mil millones de euros en 2023, según datos de la UE se ha consolidado como un socio clave de la UE, particularmente en América Latina.
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La propuesta abre nuevas oportunidades para sectores como la agroindustria, con una proyección creciente de exportaciones hacia México por parte de la Unión Europea.
El gobierno mexicano y la Unión Europea (UE) finalmente después de años de incertidumbre han logrado finalizar las negociaciones para la modernización del Acuerdo Global de México con la UE, un proceso que comenzó hace casi nueve años, cuando las primeras conversaciones sobre la actualización del acuerdo se iniciaron en un contexto de incertidumbre económica global y presión política.
Los acuerdos comerciales son herramientas clave para fomentar relaciones económicas entre naciones y bloques regionales, proporcionando ventajas mutuas como la eliminación de barreras comerciales y la creación de un entorno económico más predecible. Durante los últimos años, el papel de estos acuerdos ha cobrado mayor relevancia debido a los cambios globales, como el ascenso del proteccionismo, el impacto de las pandemias y la aceleración de la digitalización.
A nivel regional, los acuerdos comerciales también están cobrando importancia. En América Latina, por ejemplo, la renegociación de acuerdos bilaterales y multilaterales ha sido una constante en los últimos años. En particular, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), renovado como el T-MEC, tiene un impacto profundo en los flujos comerciales, especialmente en industrias clave como la automotriz, agrícola y tecnológica.
Otro aspecto relevante es la protección de indicaciones geográficas, un tema que ha sido un punto de discusión en muchos acuerdos comerciales recientes. Las IG permiten a los productos de ciertas regiones obtener reconocimiento y protección legal frente a la competencia desleal. Esto tiene implicaciones directas en sectores como el vino, el queso y otros productos alimenticios, donde el origen y la tradición son factores determinantes en la comercialización.
Unión Europea y México reactivan acuerdo comercial estancado
La modernización del acuerdo se concretó gracias a las intensas negociaciones lideradas por el comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, y el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard. Aunque la Secretaría de Economía de México aún no ha dado un anuncio oficial sobre el fin de las negociaciones, el bloque europeo ha asegurado que se han alcanzado acuerdos clave en áreas fundamentales como la seguridad en las cadenas de suministro y el impulso de un desarrollo económico más sostenible.
“Hoy elevamos nuestra asociación estratégica con México.
Como discutí con el Canciller Juan Ramón de la Fuente, estamos unidos por nuestro compromiso compartido con la democracia, los DD.HH., la igualdad de género, la acción climática y el orden internacional basado en reglas.” https://t.co/yX4G0xKp5r
— Unión Europea en México 🇪🇺🇲🇽 (@UEenMexico) January 17, 2025
Este renovado pacto de libre comercio es más que una actualización, pues busca reforzar la cooperación económica y comercial, creando nuevos horizontes para las exportaciones de ambos lados. Entre los principales objetivos está el fomento a la sostenibilidad, la protección de los derechos laborales y el avance hacia una economía de bajas emisiones.
Uno de los temas delicados en la renegociación fue la protección de las indicaciones geográficas, que otorgan derechos exclusivos a ciertos productos, como el tequila de Jalisco y la champaña de la región francesa de Champagne. La resolución de este tema fue crucial para desbloquear otros puntos y avanzar en la firma del acuerdo.
Con la conclusión de las negociaciones, ambos bloques ahora se alistan para ratificar el acuerdo. En México, el Senado será el encargado de dar la aprobación final, lo que permitirá formalizar el acuerdo y convertirlo en una plataforma económica renovada y más robusta para enfrentar los desafíos globales del mercado.
Este acuerdo no solo tiene implicaciones comerciales, sino que también marca un paso importante hacia una colaboración más estrecha entre la UE y México en temas clave como el cambio climático, la igualdad de género y la seguridad, con un enfoque integral y adaptado a los tiempos actuales.