Sin duda, uno de los factores que incrementan el valor de marca país es su atractivo turístico, ya sea por contar con destinos naturales e históricos, o por generar una infraestructura que invite a los viajeros de todo el mundo a visitarlo.

Sin embargo, muchas veces el atractivo de una nación como destino turístico se ve afectada por diversos factores ajenos a la propia industria relacionada con la atracción de visitantes, entre ellos, tensiones políticas, conflictos bélicos, situaciones económicas o sociales.

Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se han generado un gran número de tensiones con varios países y regiones del mundo. Ahora, su política de endurecimiento de los requisitos para ingresar al país podría derivar un una situación que afecta el flujo de turistas estadounidenses a una de las regiones que más visitan: Europa.

Esto debido a que el Parlamento Europeo votó en favor de que la Comisión Europea establezca medidas para negar la entrada a los ciudadanos estadounidenses que no cuenten con una visa, como respuesta a las restricciones de visados contra cinco naciones del bloque (Bulgaria, Croacia, Polonia, Rumania y Chipre).

“La Comisión Europea está legalmente obligada a tomar medidas para reintroducir temporalmente una obligación de visa para los estadunidenses, dado que Washington se rehúsa a dar acceso libre a su territorio a los ciudadanos de cinco países de la Unión Europea”, señalaron los legisladores europeos.

Actualmente los estadounidenses pueden visitar cualquier país de la Unión Europea sin una visa bajo el programa de exención de visado. Sin embargo, si se aplica una medida como esta las autoridades señalan que se afectarán sectores importantes como el comercio, el turismo y la economía europeos.

Cabe destacar que, según cifras (a 2015) de la Organización Mundial de Turismo (OMT), los países con mayor número de turistas a nivel mundial son Francia (84 millones), Estados Unidos (75 millones), España (68 millones), China 56.9 millones) e Italia (50.7 millones).

Si bien, Estados Unidos probablemente no verá reducida su recepción de turistas -cabe la posibilidad de lo contrario dada la solidaridad entre países de la UE-, sus ciudadanos podrían tener menos destinos qué visitar, además de que afectaría diversos sectores como las agencias de viaje.