No es un secreto que año con año uno de los lanzamiento que causa especial interés y recelo entre las audiencias es aquel relacionado con las nuevas versiones del smartphone de Apple. Para la compañía y el mercado, el iPhone se ha convertido en un punto de referencia que trae consigo un gran negocio, que busca crecer al intentar llegar a un mayor número de usuarios.
De acuerdo con el último reporte financiero de la compañía, durante el primer trimestre del año la compañía anticipó ventas en un rango entre 51 mil 500 millones y 53 mil 500 millones de dólares en el periodo de referencia entrante, según la agencia Reuters.
Con esto en mente, es importante mencionar que se comercializaron cerca de 52.2 millones de iPhone, cantidad que aunque es considerable se mantiene por debajo de las expectativas de los analistas de Wall Street, aún cuando la cifra representa un incremento en comparación con los 50.7 millones que vendió en el mismo periodo del año pasado.
La oportunidad que se marca es clara. Innovación tanto en diseño, funciones y costo le permitiría a la empresa de la panza mejorar sus números en la materia. El iPhone X jugó bien e este terreno y luego del boom que representó para la marca, mucho se espera de la versión que secundará al mencionado smartphone.
Uno de los temas que ha causado especial conmoción es el diseño de la nueva terminal mismo que, a decir de un reciente reporte entregado por Forbes, representará un cambio “radical” en lo que hasta ahora conocemos.
Al citar las filtraciones entregadas por MySmartPrice, se espera que el diseño del nuevo iPhone sea un poco más sencillo para poder ofrecer un precio mucho más accesible a los usuarios.
En principio, se espera que el nuevo modelo sea más grueso que la primera versión del iPhone X pasará de los 7.7 a los 8.3 milímetros (mm). Se anticipa que el largo irá de 143.6 mm x 70.9 mm a 150.9 mm x 76.5 mm, mientras que la pantalla sería de 6.1 pulgadas.
Las dimensiones serán una combinación del chasis del iPhone 8 y una sola cámara trasera con la fascia del iPhone X, con el módulo de reconocimiento facial Face ID y la mueca distintiva. Esto significa que no hay sensor de huella digital Touch ID.
En lo que Apple podría ser conservador es en el aspecto de la pantalla ultra amplia de 19.5: 9 para mejorar la experiencia de sus usuarios. Adicional, incluirá carga inalámbrica, parlantes estéreo y un nuevo chipset A12.
Con todo esto, se espera que sea un iPhone renovado, de mayor dimensión y con una sola cámara que supondrá un costo 200 dólares menor al precio del actual iPhone X.
Las especulaciones al respecto crecerán al tiempo que la posible fecha de lanzamiento se acerque y más allá de las funciones que se puedan esperar, lo que en realidad está por verse es si la nueva propuesta le bastará para mantener la preferencia del mercado.
Si bien, y de acuerdo con datos de Strategy Analytics, el iPhone X fue el dispositivo más vendido al registrar 16 millones de unidades vendidas a nivel mundial, lo cierto es que otras marcas con propuestas de gama media y baja podrían comenzar a cerrar el camino para Apple.
Parece que ahora Apple busca sumarse a la tendencia “tecnología low cost” que permite a firmas como Samsung mantener el liderazgo en ventas a nivel mundial.