Argentina vive una inesperada crisis financiera que podría estallar este martes, cuando venzan más de U$S 25 mil millones de Letras del Banco Central (Lebac), prácticamente la mitad de las reservas del país.
Se teme que los tenedores (fondos de inversión, bancos, empresas, organismos públicos y particulares) prefieran no renovar esa inversión y comprar dólares. Esto no haría otra cosa que disparar el tipo de cambio a valores incalculables.
El peso argentino se depreció un 22 por ciento respecto del dólar desde el 25 de abril. De los 20,50 que cotizaba en esa fecha, pasó a 25 pesos este lunes.
En ese escenario, con una tasa de interés por encima del 40 por ciento anual y un Banco Central que ya vendió U$S 10 mil millones de reservas en 2018, el periódico The Washington Post advirtió en una columna sobre la posibilidad de que la crisis económica que atraviesa Argentina sea “el inicio de un crack financiero” mundial.
“El mundo no está listo para otra crisis financiera, pero otra crisis financiera puede estar lista para el mundo”, dice el periodista Robert J. Samuelson en su columna de opinión titulada “Is the next global financial crisis brewing”.
“La historia de las crisis financieras modernas se originaron en rincones oscuros del sistema financiero [Argentina podría serlo], al principio son ignoradas porque parecen inocuas, ¡y entonces, qué terrible! Tailandia en 1997: una carrera contra el baht tailandés finalmente llevó a crisis en Corea del Sur, Indonesia, Rusia y Brasil. O las hipotecas de alto riesgo en los Estados Unidos, en 2008, desencadenaron un colapso de los mercados de crédito globales. O Grecia en 2010: su deuda llegó a amenazar la existencia misma del euro”.
Al analizar la situación, el artículo habla de la “repentina pérdida de confianza” que sufre el país por parte de los inversores y que las “medidas [del Gobierno] no han estabilizado completamente los mercados” por lo que tuvo que pedir un “rescate” al FMI, “una agencia global que otorga préstamos a países financieramente frágiles”.
“La pregunta crucial es si todo esto es solo un problema de Argentina o un presagio de un crack financiero más amplio”, sugiere The Washington Post.
Samuelson dice que “las tasas de interés estadounidenses subieron, reduciendo el atractivo de la deuda argentina”, además, “las políticas comerciales de Trump amenazan las exportaciones de Argentina”.
El analista dice que “durante los últimos dos años más o menos, los inversores internacionales han puesto su dinero en países de ‘mercados emergentes’, como Argentina, Brasil, México, India, China e Indonesia. En 2017, las entradas a 25 de estos países totalizaron U$S 1,2 billones”, explica y advierte: “Si estos flujos se redujeran significativamente -o se detuvieran por completo-, habría consecuencias negativas para la economía mundial en general. Los países podrían tener que subir las tasas de interés para defender sus monedas contra depreciaciones paralizantes”.
Y finaliza: “lo que parece especialmente preocupante (…) es el cambio abrupto en el sentimiento del mercado. Inversores que fueron entusiastas de los mercados emergentes se han convertido repentinamente en escépticos y contrarios al riesgo. Puede que estemos o no al borde de otra crisis financiera, pero independientemente de lo que piense, hay mucho espacio para la duda. De una manera u otra, Argentina importa”.