• La campaña fue publicada originalmente a inicios de junio pasado y ha recibido, en su mayoría, reacciones positivas

• De acuerdo con el Huffington Post, temas como parejas viviendo juntas sin casarse eran consideradas tabú

• Tabú parte de la palabra tabu, utilizada por civilizaciones polinesias para designar lo prohibido

Todas las marcas y compañías han utilizado, de una forma u otra, el humor para alguna campaña. Burger King apuesta frecuentemente a un tono confrontacional, en especial frente a su rival McDonald’s, para algunos de sus proyectos más premiados. Apple, por su parte, utilizó el estilo sitcom para una exitosa campaña en abril pasado. Otros temas recurrentes en este tipo de iniciativas son los videojuegos, la vida laboral, la amistad y los genitales masculinos.

Pero hay un tema que pocas marcas se atreven a explorar cómicamente: los genitales femeninos. Una compañía que lo logró es Queen V, una empresa de productos para mujeres. En una campaña que lanzó hace unas semanas, apropiadamente llamada That’s What V Said, el negocio llenó un comercial con chistes, bromas y doble sentido sobre la vagina. Su objetivo es, explícitamente, reducir la censura social alrededor del uso de esta palabra.

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Una campaña sobre el tabú de la vagina

Varias marcas y organizaciones han denunciado la desigualdad de género que persiste en la publicidad y otros aspectos sociales e industrias. Melinda Gates utilizó a varios comediantes en una campaña para hablar sobre la brecha entre hombres y mujeres. Dame Products, una compañía de juguetes sexuales, también criticó a Facebook y otros agentes por sus políticas azarosas sobre qué comerciales son obscenos o no.

La presencia de los tabúes es la industria de la publicidad no es nada nuevo. Algunos agentes creen que la clave para superar estas barreras está en emplear estrategias para “contrarrestar” el rechazo del público, escondiendo un poco el significado prohibido. Sail Magazine, por su parte, apunta que precisamente el humor puede ser la solución para una campaña. Reuben Rink apunta que es una tendencia eterna de la industria retar los límites de lo aceptable.

Esta campaña para promocionar artículos de cuidado y salud genital femenina es inteligente justo por estas razones. Su lenguaje y estructura narrativa no cae en lo grosero ni obsceno. Al contrario, se trata de una iniciativa notablemente “limpia”, considerando que habla de un órgano sexual. Esta iniciativa no solo debería imitarse por cómo aborda un tema difícil con gracias. También debería replicarse para borrar el tabú que aún persiste alrededor de la vagina.