A principios de esta semana, Apple presentó la nueva gama de Mac Pro que llega para robustecer su portafolio. Más allá de las funciones y posibilidades que la propuesta ofrece lo que llamó la atención fue el precio del dispositivo.

La nueva computadora de la empresa de Tim Cook cuenta funcionará con el nuevo sistema operativo ‘Catalina’, está habilitada con el procesador Intel Xeon de 28 núcleos y una tarjeta aceleradora de gráficos llamada ‘Afterburner’ (capaz de decodificar hasta 6 mil 300 millones de pixeles por segundo), tiene una memoria RAM de 1.5 TB y  almacenamiento es de 256 GB, escalable hasta 4TB.

Los interesados en tener la que ha sido calificada por Apple como la computadora “la más poderosa de todos los tiempos” deberán desembolsar 5 mil 999 dólares.

Aunque por este precio podría pensarse que todos los componentes para su funcionamiento se incluyen, lo cierto es que el monitor para su funcionamiento así como el soporte de este último se venden por separado.

De esta manera, es necesario desembolsar 4 mil 999 dólares más por el Pro Display XDR, una pantalla de 32 pulgadas con resolución 6K, y 999 dólares adicionales para tener el soporte que la firma recomienda para dicho display.

Apple y el peso mexicano

Adquirir los tres dispositivos costaría a cualquier comprador mexicano a tipo de cambio actual (19.60 pesos por dólar) 235 mil 141 pesos.

Si bien Tim Cook aseguró durante la conferencia que este gadget no es de uso doméstico, sino de una computadora pensada para grandes empresas de sectores como el entretenimiento, lo cierto es que se trata de un ejemplo que revela un grave problema para la creatividad, la innovación y la propiedad intelectual en México.

Con la amenaza de nuevos aranceles a los productos mexicanos que se importan a Estados Unidos, la volatilidad del peso se ha hecho evidente.

Después de Trump anunciara sus intenciones de imponer nuevos aranceles a las importaciones mexicanas que entran a su país, el peso mexicano acumuló una caída de 3.81 por ciento en dos sesiones consecutivas, situación que lo colocó como la moneda de peor desempeño dentro de las divisas más negociadas a nivel global, de acuerdo con Bloomberg.

Ante negociaciones que no dejan nada claro, analistas deCitiBanamex calculan que el precio del dólar deberá subir a casi 29 pesos en México para compensar la tasa máxima de 25 por ciento por aranceles que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con aplicar a todos los productos hechos en México.

Histórico cotización del peso mexicano

La creatividad en medio del campo de guerra

El escenario no sólo supondrá problemas para ciertas marcas que producen en México, sino también para industrias locales relacionadas con la innovación, creatividad y propiedad intelectual.

¿La razón? Gran parte de los insumos necesarios para que funcionen estas industrias se  cotizan en dólares.

En este sentido, las empresas mexicanas y que operan en el país ante un tipo de cambio más elevado deberán de desembolsar mayores cantidad de efectivo para seguir funcionando y produciendo valores agregados a la oferta mexicana que van más allá de la mano de obra.

Por ejemplo, para cubrir el puesto de un editor de video profesional o de un diseñador pro una empresa deberá de cubrir los costos que presume tener, por ejemplo, una Mac Pro, las licencias de Adobe Creative Suite y un acceso a un banco de imágenes como Shutterstock (750 imágenes al mes).

En este sentido, a los 11 mil 997 dólares que cuesta la nueva Mac Pro se le sumarían 753.8 dólares mensuales por la renta de dichos servicios, lo que en pesos a tipo de cambio actual se traduciría en 249 mil 915 pesos.

Si las predicciones de los analistas se convirtieran en una realidad (29 pesos por dólar), la cifra podría crecer a 369 mil 773 pesos.

Un grave problema para México

Esta última cifra equivaldría a pagar a 60.45 empleados el salario promedio en México que, de acuerdo con el Inegi, es de 6 mil 117 pesos mensuales.

Lo anterior deja en claro el sesgo que México tiene para crecer en el escenario mundial de manera sostenida.

Para entenderlo es necesario recordar que, hasta el momento, una de las grandes apuestas de la economía mexicana para entrar a juego económico mundial como un país en vías de desarrollo, ha sido ofrecer a la inversión extranjera bajos costos tanto en mano de obra como en algunas materiales primas así servicios con niveles de sofisticación relativamente bajos.

Desde este punto, México compite en el mercado global a través de precios bajos y altos volúmenes de producción. Gracias a esto se ha convertido en una potencia exportadora. Según datos del gobierno mexicano, el país se ubica como el 9º país con más exportaciones en el mundo al registrar, hasta 2017, exportaciones con un valor de 418 mil millones de dólares, según datos del Observatorio Económico Mundial.

El problema se presenta cuando la región pierde la capacidad de satisfacer la demanda de bajos costos ante la volatilidad propia de las divisas internacionales; la consecuencia inmediata es una fuga de inversión y reducción de empleos. De tal manera, México y sus empresas necesitan trabajar en la construcción de valor para sus activos, dotando su oferta de estrategias y pensamientos de negocio mucho más asimétricos antes que lineales.

El camino a seguir

No obstante, esto resulta imposible ante costos elevados en insumos primarios para sectores clave como la gestión de data, la creatividad o la producción intelectual.

México tiene diversos campos por explotar sobre esa lógica; el reto será adoptar estructuras de negocio que privilegien la apuesta a través de riesgos controlados. La comunicación y los relanzamientos deberán ser el segundo paso.

Refrendar los valores que ubican a México como una de las marcas país más importantes en América Latina y el mundo ante los embates que las nuevas dinámicas políticas, económicas y sociales pueden traer consigo, no puede dejarse sólo en manos de una campaña de gobierno o en la comunicación de unos cuantos interesados.

El contexto exige cambios más profundos que tendrán que ver con entender al país, sus activos y bondades desde  otra perspectivas, lo que implicará cambios estructurales, en modelos de trabajo y de generación de negocio distintos, ya que sin esto cualquier relanzamiento será infructuoso para hacer valer lo Hecho en México.