Lo impensable sucedió.
Hace menos de una semana Universal anunció su alianza con la cadena de cines AMC para reducir la venta de estreno entre las salas y el streaming vía video por demanda. Ahora, en lugar de esperar al menos tres meses, lo harán únicamente por 17 días, poco más de dos semanas. Los detalles específicos del acuerdo no han sido revelados, pero se sabe que AMC recibirá un porcentaje de las ganancias obtenidos por los títulos por su explotación en línea que se estrenen bajo dicho acuerdo.
La medida ha causado revuelo en la industria y aunque ningún otro estudio se ha proclamado al respecto, la cadena Cineworld ha declarado que no se sumará. En otras partes del mundo aún no sucede algo similar, pero habrá qué ver cómo sigue avanzando la pandemia y el regreso a la “nueva normalidad”.
Los estudios revelan generalmente los costos de una producción. A esos costos se le agregan los costos de marketing que raramente se declaran públicamente y que pueden ir para una película de bajo costo, pero con potencial, a una cantidad similar o igual (es decir, a una película que costó 10 millones de dólares, se le pueden invertir otros 10 en promoción, incluso más); para estrenos con presupuestos mayores (100 millones de dólares) la inversión en promoción puede llegar al 60% del presupuesto. ¿Cómo los recuperan?
El ingreso principal viene de la taquilla de la cual el estudio se queda, en promedio, el 45-50%. A esos ingresos se le sumarán los licenciamientos, las ventas para su transmisión en televisión, streaming y video por demanda. No existe una receta única y la realidad es que, a diferencia de otros tipos de productos, los de corte cultural o de entretenimiento, al final son una comodidad que se comporta, dentro de ciertos esquemas de forma distinta cada uno.
Volviendo al acuerdo de AMC y Universal, éste es una medida que se veía como imposible toda vez que durante años las cadenas de cines han incluso vetado aquellos estrenos que fueron enviados simultáneamente a cualquier medio virtual. Es más, al inicio de la pandemia, varias de ellas declararon que ese mismo tratamiento recibirían las películas, sin importar su perfil, en un futuro.
Sin embargo, el éxito de “Trolls World Tour”, un filme de 100 millones de dólares, que se estrenó en pocas salas y de manera directa para pago por evento, aunado a una cuarentena que se sigue alargando, más la reserva de mucha gente a regresar a los cines aún y con medidas de sanitización, han hecho que las salas flexibilicen su modelo. Bajo este esquema, al menos Universal, en relación con AMC, tendrá mayor control sobre sus películas y recuperará de manera más rápida su inversión. La pregunta que está sobre la mesa y que sólo podrá responderse cuando la pandemia concluya por completo es cómo preferirá la gente ver cine.
Ya en los 90’s las cadenas de cine se vieron en crisis ante la llega del video. Sobrevivieron. Luego, llegaron la plataforma y sobrevivieron. Para ello renovaron su modelo de negocio, el servicio y tomaron medidas como la ventada de estreno. Ahora llega esta nueva medida. Todos los estudios han movido sus grandes estrenos (“Tenet”, “Mulán”, “Rápidos y furiosos 9”, entre otros) para 2021 y los pocos que quedan en 2020 (“Black Widow”, “Mujer Maravilla”) muy probablemente tengan el mismo destino.
Hasta el momento, los números no dan cuándo se trata de una película que costó más de 200 millones de dólares y sobre la cuál se tiene incertidumbre de si la gente irá a las salas, tampoco sobre si recuperará en streaming. La pregunta para los espectadores está en si vale la pena ver una película de tales características en casa, si la experiencia es igual. Y ahí está la clave, esas pantalla grande y sala oscura, “obligan” la atención como no es posible en casa.
Ya Hitchcock había tomado medidas para evitar que la gente llegara tarde a ver “Psicosis” y que su efecto no fuera el que había planeado. Ahora, la medida de Universal y AMC le da de nuevo la decisión al espectador. Habrá que ver si funciona y habrá que ver cómo reaccionan los otros estudios y las otras cadenas de cine.
