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Desde el año pasado, que se registró el incidente en China, se han hecho más de 21 mil pruebas para identificar posibles afectados
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La brucelosis difícilmente se puede contagiar a humanos, pero puede transmitirse en contacto con animales o al consumir carne infectada
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Por supuesto, como sucedió en este caso, también es posible contraer la enfermedad al aspirar la bacteria en el aire
A lo largo de los últimos meses, la crisis sanitaria de la COVID-19 ha provocado un sinfín de preocupaciones en todo el mundo. Si bien la pandemia pudo haber surgido casi en cualquier área metropolitana, como lo han probado previos fenómenos similares en esta ocasión salió de una ciudad en China. Esto ha afectado la imagen de la nación a una escala global, en especial por la insistencia de agentes como Donald Trump en echar la culpa de la situación a este país.
Por desgracia, un nuevo accidente sanitario volverá a poner los reflectores del mundo directo sobre China. De acuerdo con Sin Embargo, hace unas horas se informó de un accidente de laboratorio en la provincia de Gansu. La biofarmacéutica Zhong Lanzhou estaba produciendo una vacuna contra la bacteria Brucella para su uso con animales. Pero usó un desinfectante caducado que provocó gases residuales con el microorganismo, que afectaron a la población.
Las autoridades sanitarias de la provincia en China informaron que tres mil 245 personas han resultado afectadas por los gases hasta ahora, enfermándose de brucelosis. El incidente pasó el año pasado, entre julio y agosto de 2019. En noviembre del año pasado se detectaron los primeros casos en el Instituto de Investigación Veterinaria de la ciudad, lo que provocó el inicio de las investigaciones. Los síntomas son similares a la gripe, incluyendo fiebre y debilidad.
Una “nueva” crisis de salud para China
Sobra decir que el entorno de salud ha estado recibiendo bastante atención en los últimos meses. Buena parte de este fenómeno se puede atribuir a la COVID-19, cuyos primeros casos se registraron también en China y que tendrán secuelas potenciales a muy largo plazo. Esta pandemia no solo ha hecho que varios expertos se decidan a intentar “resolver” los casos de infección. También ha permitido que ciertas innovaciones médicas avances con mayor rapidez.
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Volviendo a esta actualización del brote de brucelosis, sería injusto decir que se trata de una “nueva” crisis de salud en China. Técnicamente inicio desde antes que la actual pandemia siquiera tuviera casos registrados. Sin embargo, las actualizaciones de sus efectos en el largo plazo llega en un momento muy inconveniente. Es cierto que Pekín ha hecho todo lo posible, con bastante éxito, para tratar de controlar y eliminar el virus de casi todo el territorio nacional.
Sin embargo, entre el caso de la COVID-19 y este brote de brucelosis, ciertamente la imagen de China como líder en salud, medicina y sanitización no es precisamente positiva. Pekín va a tener que trabajar mucho en los próximos años para reforzar las medidas de protección a lo largo de varias industrias y actividades. Y así, asegurar que no se repitan estos incidentes. Tal vez también otras naciones deberían seguir el ejemplo de precaución de la región asiática.
Nunca es un buen momento para un accidente
Igual que en el caso de China, constantemente hay accidentes que hieren la imagen tanto de países como de marcas y líderes de opinión. No se puede pasar por alto el infame suceso de la Feria de Chapultepec, con un saldo rojo, del año pasado. También se puede hablar de la vez que un joven se ahogó con comida de un IKEA, forzando a la marca a pagar compensación. O bien, la tal vez intencional elección de siglas para un vehículo de la marca Subaru en Singapur.
Sin importar si se trata de un incidente fuera del control de la compañía o no, este tipo eventos pueden ser brutales para una marca. De acuerdo con The One Brief, en casos como China se debe de hacer frente directamente a las críticas y preocupaciones de la comunidad. Southalls, por su lado, señala que siempre se debe de atender la raíz del problema para asegurar que no vuelva a suceder. Y Según MIT Sloan, lo más importante es tratar el tema con transparencia.