En promedio una persona tiene de 12 a 15 trabajos (con distintas empresas) a lo largo de su carrera profesional y este número va en aumento con las nuevas generaciones.
Retención de talento y bajas tasas de rotación son claves para la competitividad de las empresas. De igual manera para un trabajador, el tener el trabajo adecuado tiene un gran impacto tanto en su vida personal como profesional.
Es por esto importante, que al momento de recibir (o hacer) una oferta de trabajo, se consideren estos 3 grandes pilares: salario económico, salario emocional y crecimiento profesional. Y con ello, evitar caer en el error de sólo considerar la parte del sueldo base; ya que hay muchas variables al momento de decidir por la mejor oferta.
Salario económico:
- Sueldo base mensual: este es el sueldo que recibirás mensualmente de manera segura. Considera que en México las prestaciones de ley como aguinaldo, prima vacacional y fondo de ahorro se calculan sobre el sueldo base.
- Sueldo variable: como incentivos de venta, bonos de desempeño. Estos ingresos variables dependen de factores que no siempre están bajo tu control. En posiciones de venta y de liderazgo pueden llegara ser hasta un 50 por ciento del sueldo total. La frecuencia de pago puede ser mensual, trimestral semestral o incluso anual. Por su naturaleza no son garantizados.
- Prestaciones: seguros (médico, de vida, dental, etc.), coche y gastos de coche (gasolina, servicios, etc.), check up médico, servicio de comedor, vales de despensa, planes de compra de acciones de la compañía, caja de ahorro, guardería, etc. Esta parte de tu salario es importante que la contabilices porque impacta tu nivel de vida y cubre gastos que de otra forma tu tendrías que cubrir con tu sueldo base.
Salario Emocional
- Horario: días y horas en las que tienes que presentarte a trabajar, flexibilidad en el horario, salir temprano los viernes, trabajar los fines de semana, etc. El giro de la empresa y naturaleza de la posición son determinantes para el horario de trabajo.
- Días libres: días de vacaciones pagados, días para uso personal, posibilidad de pedir licencia sin goce de sueldo, etc.
- Home Office: puedes trabajar desde casa algunos días a la semana o quincena siempre y cuando tengas las herramientas necesarias y disciplina.
- Disponibilidad de viaje: Por ciento del tiempo que deberás viajar y si son viajes cortos o largos.
- Cultura y valores de la empresa: conoce si hay alineación de tus valores con los de la empresa. Algunos ejemplos: respeto, equidad, ética, productividad, diversidad, etc.
Crecimiento Profesional
- Empresa: conoce número de empleados, cuánto vende, país de origen de la matriz, tipo de industria, ubicación, si es pública (cotiza en bolsa) o privada, planes de desarrollo, etc.
- Posición: entiende bien cuáles son los objetivos, actividades y competencias necesarias para desempeñarla adecuadamente. Así como el entorno organizacional de la posición (a quién reporta, quién le reporta y con quien debe colaborar).
- Oportunidades de desarrollo: ¿qué proyección tiene la posición? ¿qué posibilidades de crecimiento tiene alguien con tu perfil? Evalúa si esta posición es un callejón sin salida ó un trampolín para tu siguiente movimiento de carrera.
- Capacitación y Desarrollo: conoce la inversión que la empresa está dispuesta a hacer para fortalecer tu perfil a través de tu participación en proyectos relevantes y certificaciones académicas.
Dependiendo de la etapa de vida en la que estés y tus circunstancias personales, habrán elementos que tendrán más peso que otros. Ten claridad en cuáles son tus prioridades y decide con base en ellas.
Igualmente como empresa, si tus capacidades financieras están limitadas, hay muchos elementos en los cuales puedes apoyarte para atraer/retener al talento.
No tengamos miedo de reflejar necesidades integrales en la oferta de trabajo; mientras más comulguen la vida profesional y personal, mayor será la realización y productividad de los empleados en las empresas.