Argentina.-. Hace un par de días un incidente puso en el ojo del huracán a la aerolínea argentina Austral, luego de que dos de sus pilotos permitieran que la modelo Vicky Xipolitakis guiará el despegue de un avión que viajaría de la ciudad de Buenos Aires con destino a Rosario.
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La polémica se desató cuando Xipolitakis publicara en sus redes sociales un selfie y un video en el que se observa cómo los pilotos de la aerolínea le permitieron maniobrar el acelerador de la aeronave durante el despegue.
Luego de lo acontecido, de que estas imágenes se difundieran en la red y las críticas por parte de los usuarios, los dos pilotos responsables, Patricio Zocchi Molina y Federico Matias Soaje, fueron despedidos y enfrentan cargos penales por el “ataque contra la seguridad de la aeronave” que se desprendió del hecho antes mencionado.
De acuerdo con lo publicado en USA Today, en un comunicado Aerolíneas Argentinas, operadora de Austral, afirmó: “Los pilotos Patricio Zocchi Molina y Federico Matias Soaje serán despedidos como el resto del personal que tenía la responsabilidad por el incidente. Las acciones legales se emitirán en contra de los mencionados anteriormente por poner en peligro la seguridad del vuelo”.
Al dejar de lado la irresponsabilidad de los pilotos y la modelo en un tema tan delicado como la seguridad de los pasajeros, el hecho deja en claro que la gestión de la reputación de una marca en redes sociales no está más en manos de la firma en sí, sino que este control ahora pertenece a los usuarios que -de una u otra manera- se relacionan con la misma.
Sin duda, la crisis que enfrenta la marca es importante y recuperar la confianza de sus clientes -así como de los consumidores en general- será una tarea titánica que necesitará de acciones más profundas que el simple despido de los pilotos.