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A través de un orangután mecatrónico, Greenpeace quiere hacer consciencia sobre el uso del aceite de palma de coco.
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Una defensa contra el cambio climático y albergan especies en peligro de extinción como: tigres de Sumatra, elefantes y orangutanes.
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Se ha intentado sustituir, pero no se ha podido porque “se oxida menos que otros aceites y aportan palatabilidad a los alimentos (mejoran el gusto)”.
Un orangután mecatrónico ha estado paseando por las calles de Londres y su objetivo es muy especial: quiere hacer consciencia sobre el uso de aceite de palma de coco, y su mensaje es directo, ya que le habla en específico a alguien.
What is an orangutan doing in London?
Telling @Oreo to stop destroying its home!Demand Oreo #DropDirtyPalmOil >>> https://t.co/bls25duXUa pic.twitter.com/pxyl6QOEtf
— Greenpeace (@Greenpeace) 19 de noviembre de 2018
La campaña de Greenpeace se ha plantado fuera de las instalaciones de Oreo (Mondelez) y hace un especial énfasis en las selvas tropicales de Indonesia, las cuales son una defensa contra el cambio climático y albergan especies en peligro de extinción como: tigres de Sumatra, elefantes y orangutanes.
Pero en este momento, estos bosques están siendo despedazados para las plantaciones de aceite de palma, llevando a estas especies al borde de la extinción.
A pesar de saber esto, los fabricantes de Oreo continúan comprando aceite de palma a Wilmar, el gigante de aceite de palma, por los millones de galletas que se producen todos los días.
Cifras proyectadas por Grand View Research, Inc. advertien que el valor del mercado de aceite de palma crecería hasta los 88 mil millones de dólares a nivel mundial, para 2022 podrían modificarse tras la noticia que advierte sobre sus efectos en la salud y a pesar de tratarse de una materia prima más barata que otros derivados de las semillas de girasol o la canola.
La justificación de la industria para seguirlo usando no es el precio. De hecho, dicen que no es fácil sustituirlo porque, señalan que “aporta consistencia, untuosidad, da un toque crujiente”, además de que alarga la vida útil del producto y evita que se deteriore visualmente.
Se ha intentado sustituir, pero no se ha podido porque “se oxida menos que otros aceites y aportan palatabilidad a los alimentos (mejoran el gusto)”.
Sin embargo, una de las grandes causales de la reducción de uso de este ingrediente (fuera de la salud) recae en el impacto ambiental, ya que el compromiso legal del país contra la deforestación, busca la reducción de la tala en Indonesia y Malasia, donde las plantaciones de palmeras se están comiendo los bosques tropicales.
Cada año, se tala una extensión de selva tropical del tamaño de Austria. Esta rápida deforestación tiene mucho que ver con la expansión de plantaciones de palma para la producción de aceite o biocombustible, de acuerdo con cifras de Rainforest Foundation Norway.