Una vez más, la mirada de un segmento del país específicamente la industria turística viró hacia el Este, enfocándose en el corazón pulsante alojado en la ciudad de Mérida Yucatán.

Esta ocasión tocó al Norte de la ciudad recibir a miles de visitantes; el resultado de esto, un flujo inesperado en plazas comerciales en las que sí bien es cierto, no es extraño encontrarse con voces de diferentes ritmos y tonos, este evento catapultó las cantidades habituales, restaurantes abarrotados, transeúntes cruzando avenidas y calles por donde pocos acostumbran, intentos por reservar innecesarios, caminantes presurosos sobre aceras y escarpas destinadas siempre a pisadas calmas. Lugares frecuentados por residentes locales cedieron sus espacios a funcionarios y visitantes del Tianguis Turístico 2021.

La marca Mérida y lo que esta ha representado en los últimos años para el desarrollo económico de la península y lo que este territorio influye en el crecimiento del país, es hoy por hoy la “marca ciudad” más valiosa en la psique de muchos mexicanos. Prueba de este dicho lo podemos corroborar tan solo preguntándole al de a lado. Una ciudad iconográfica y  cosmopolita, Mérida contiene un poco más del 50% de la población total del estado, una urbe destinada al irremediable crecimiento, estará sujeta al fenómeno demográfico y su colateralidad en las próximas dos décadas.

La explosión inmobiliaria dirigida principalmente hacia el Golfo De México, muestra una persecución lógica de las aguas color esmeralda con su aparente e interminable costa, pocas cosas en este país se equiparan a la perspectiva que otorga el malecón de Progreso, la sensación es inevitable, sentirse en realidad poseedor de un pedazo de este país. Imagina tener un mar en donde el sol no amanece ni anochece frente de ti, imagina un mar entintado color Chukum. Sí, una playa orientada al polo. Fenómenos naturales como este, causados por una suerte geográfica son el tipo de cosas que logran hacer de Yucatán el epicentro onírico de ambiciosos viajantes año con año.

El trazo errante de la capital, un trazo que irrumpe y distorsiona el referente natural de otras capitales, una traza urbana menos española y bastante menos ortogonal, un mapa que sin decirlo expresa el “multicentrismo” protector de la comunidad Meridana, comisarías cobijadas por modernidad, cada una con su propio centro, cada una habitando en aparente indiferencia, esta coraza protectora provocada por disruptivos trazos, logra convertir los trayectos  en excursiones, transformando cada ruta en un descubrimiento. Visitar Mérida es una incipiente y menuda intención por conocerla. Por supuesto esta primera intención ha descarrilado a más de uno en su afán de conquista. Tal vez, este sea el primer paso para muchos que voluntariamente han decidido dejarse capturar, primero por la intangibilidad de una marca ciudad y en segundas y terceras intenciones por la identidad singularísima de una historia narrada en Yucateco. ¡Vaya bien!