Internacional.- Cómo reemplazar a un líder influyente es una de las grandes cuestiones que deben plantearse numerosas compañías cada vez que se va alguien en un puesto clave. ¿Es posible lograrlo sin perder fortaleza? ¿Quién es el mejor para ocupar el lugar? ¿Hay que buscar dentro o afuera de la empresa?
Uno de los grandes desafíos que debe afrontar una compañía es la salida de un líder influyente. Esos que generalmente están hace muchos años en la empresa y entienden a la perfección de dónde viene la empresa y hacia dónde va.
“El reemplazo de un líder influyente tiene que, necesariamente, iniciarse a partir del actual conductor o dirigente”, explicó Sebastián Siseles, Director Regional para América Latina de Freelancer.com. “Es éste líder, el de hoy, quien debe preparar el futuro de la organización, capacitar a los futuros dirigentes para así no solo mantener a la organización indemne de su ausencia, sino que incluso para mantener su propia impronta en el futuro de la organización”, agregó.
Respecto de las complicaciones de este reemplazo, para Julio Marchione, profesor de la UADE Business School de Argentina, el proceso de sucesión no tiene impacto comercial y se da como algo natural cuando su figura (la del CEO) no se ha consolidado como una variable más de posicionamiento de la empresa en los mercados. Éste era el caso de Jack Welch en GE (que estuvo al frente de la compañía durante 20 años, entre 1981 y 2001) y de Sam Walton, en Walmart. Ambos nombres, puertas afuera, no tenían preponderancia.
Muy distinto fue el emblemático caso de Steve Jobs. Según Marchione, “es muy difícil encontrar CEOs que lo reemplacen porque deben convertirse en atributos de la marca y de la compañía, más allá de su rol operativo”.
De acuerdo con la opinión de Siseles , “un líder influyente es aquel que busca, todo el tiempo las mejores personas dentro o fuera de la organización para que en el futuro continúen con su legado o incluso lo mejoren. Esa es la parte clave para ser un gran líder”.
En una entrevista con el periódico argentino La Nación, Rodolfo Rivarola, profesor del IAE Business School, dijo que “cuando un líder fuerte se va, puede que quien tome el lugar sea alguien con más peso o también que venga alguien con un perfil más bajo que vele por el proceso de transición”. Para Rivarola es es más atinada la segunda opción porque cree que “es más saludable que el liderazgo esté repartido”. Además, “quien toma la transición debe ayudar a hacer el duelo por el líder saliente”.
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