Holanda.- Si hay un caso de marketing en el mundo de la música en el que se demuestra que no hay que saber cantar para poder triunfar en los escenarios, ese es, sin duda alguna, el caso de Milli Vanilli, un dúo musical formado por Fab Morvan y Rob Pilatus en al segunda mitad de la década de los 80 y que antes, habían trabajado como bailarines de la cantante Sabrina Salerno.
Lo curioso del caso es que estos dos bailarines no tocaban, no componían música y, lo mejor de todo, no cantaban. Aunque, esto no supuso ningún problema, ya que detrás de ellos había verdaderos artistas y ellos ponían la imagen. Y, parece que el truco les salió bien a los productores, ya que su primer disco fue todo un éxito en numerosos países europeos. Y tras el primer éxito en Europa, llegó el desembarco a Norteamérica con su segundo álbum.
Incluso, este dúo llegó a ganar un Grammy en el año 1990 pero, ese mismo año, las sospechas de fraude (tras numerosos playbacks con percances) crecieron, sobre todo, cuando se veían las fuertes discrepancias entre las voces de los dos cantantes y el playback de los conciertos. Así que, el 12 de noviembre de 1900, el productor Frank Farian confesó todo la verdad e, incluso, quiso relanzar la carrera de ambos bajo el nombre de The Real Milli Vanilli, pero, el experimento ya no funcionó.
Pues bien, ahora, uno de los componentes de este polémico dúo ha vuelto a salir a la palestra. Se trata de Fab Morvan, el cual ha sido elegido por la cadena de restaurantes KFC para ser el embajador de su nueva campaña publicitaria, la cual se ha rodado a modo de documental.
Ogilvy & Mather Amsterdam ha sido la agencia publicitaria encarga de esta campaña publicitaria, de la cual se han creado comerciales en dos versiones: 60 y 35 segundos, tanto para Internet como para televisión.
La Senior Brand Manager de KFC en el país, Alexandra Huizer ha explicado que Fab Morvan encaja a la perfección en el claim de la campaña lanzada ya en 2015 por la marca: “Lo que es real y lo que no”. Y es que habiendo elegido al ex componente de Milli Vanilli, lo que la firma quiere es llegar a un tipo de consumidor que vivió su juventud en la década de los 80.