El cambio
El arte de la transformación es una lección de inteligencia que nos da la naturaleza trimestralmente; desastre tras desastre. Las estaciones del año nos enseñan que nada es para siempre y que mutar es imprescindible. Todo el universo nos transmite la resultante del silogismo que explica dos premisas: “mantenerse nos detiene mientras que transformarse nos avanza”. El reto constante de emprender la lucha contra lo establecido y confortable, nos brinda competitividad y agilidad. Evolucionar nos hace sorprendentes y sorpresivos. La mercadotecnia nos enseña que es menester darle muerte a productos, campañas y promociones por ciclo a fin de lanzar nuevas inclusive que éstas se encuentren vigentes y “aparentemente” frescas.
El futuro
Los intelectuales y escritores de los cambios sociales y visionarios de los tiempos por llegar llamados futurólogos, auguran sorprendentes eventos por venir resultantes del impresionante crecimiento exponencial de la tecnología asociada a la comunicación y el cambio climático, entre muchos otros. Prodigios y desastres jamás vistos -escriben-, llegarán a nuestras realidades apoderándose de éstas y nuestros destinos. La constante preparación y puesta a punto de nuestro “set de herramientas intelectuales” a fin de manejar el mañana, se logra solamente por medio del confrontar nuestra realidad cotidiana: “Lo que somos vs. Lo que deberíamos ser”.
No podemos esperar al próximo solsticio de verano para empezar a modificar actitudes y habilidades, no sea que nos embosque el cambio de reglas en el trayecto y acabemos por ser sus víctimas en vez de sus agentes. No dilatemos, empecemos con los propósitos de nuevo año antes de que el que corre termine.