Santiago, Chile.- Constantemente utilizo el concepto de “la otra mirada” para motivar a quienes necesitan o simplemente disfrutan de buscar nuevos ángulos en variadas situaciones relacionadas con el marketing y la publicidad. Si todo el tiempo hacemos las mismas cosas, el resultado será idéntico, dice una frase popular y, como en la mayoría de los casos, tiene razón. Lo mismo sucede con cualquier análisis.
Sí, porque por lo general tenemos algún tipo de método para realizar un análisis – ya sea académico o creado por nosotros mismos- el cual tiende a repetirse. Si miramos todo desde el mismo ángulo, es difícil que encontremos cosas nuevas y por tanto, es menos probable que demos rienda suelta a la creatividad, herramienta fundamental para la publicidad. Además, cuando estamos buscando un objetivo, la presión suele hacernos dar vuelta en círculos y por lo general, recién cuando dejamos de pensar, conseguimos un buen resultado (¿Te has fijado en qué momento resuelve los enigmas médicos el Dr. House? ¡cuando está pensando en otra cosa!)
En el ejemplo que veremos a continuación, la vuelta de tuerca es evidente. No es sutil, pero aún así tiene el encanto que provoca, para el público, el pensar…”sí, tienen razón. En algún minuto yo también lo puedo ver así”. El comercial, en ese sentido, se convierte en un elemento didáctico porque nos muestra – en forma directa- cómo se puede cambiar la orientación de un concepto utilizado por el colectivo y usarlo en favor del producto a publicitar.
Otro elemento interesante aquí es el concepto de lo simple. No tienes que crear algo demasiado complejo, menos cuando el producto es sencillo. En esta pieza hay un todo que parece básico, pero que resulta altamente efectivo en términos de llegada al público, porque toma elementos que identifican a los clientes potenciales y por lo general, con eso basta.
En realidad, todo depende del producto, pero ten por seguro que “la otra mirada” siempre será útil.