Nick Caporella, el CEO de 82 años de la National Beverage Corporation, lo lamenta. Así es, pidió perdón por los malos resultados en las ventas de su producto más famoso: el agua carbonatada marca La Croix.
En un extraño comunicado, Caporella se postró (sin exagerar) ante los inversionistas y culpó de una caída del 16 por ciento en las acciones a la “injusticia”.
Lo que sigue es una parte de la increíble carta que escribió: “Administrar una marca no es tan diferente a la manera en que hay que cuidar a alguien que se vuelve discapacitado. Las marcas no ven ni oyen, por lo que están a merced de las decisiones de sus propietarios, que con sus cuidados deben preservar su dignidad y el carácter especial que la marca ejemplifica. Es importante que el verdadero carácter de La Croix no se devalúe, de ninguna manera. National Beverage Coporation es y seguirá siendo el principal innovador, compañía que le agrega entusiasmo y autenticidad al fenómeno del ‘agua con gas’ en Estados Unidos”.
Si leyó bien, pudo advertir que el Caporella antropomorfizó a su producto (algo común en algunos CEO), pero lo llevó al extremo con una comparación que esencialmente deshumaniza a las personas con discapacidades.
Caporella fue muy criticado en 2016, después de que Donald Trump fuera elegido presidente.
Entre otras cosas, lo celebró diciendo que Estados Unidos volvía a tener esperanza y que iba en camino a la innovación. “¡Estamos entusiasmados y nos sentimos bien con el futuro en National Beverage!”, exclamó.
Vamos a los números: las ganancias de la compañía cayeron 39,6 por ciento hasta US$ 24,8 millones entre noviembre y enero. Sus ingresos, en tanto, retrocedieron un 2,9 por ciento hasta US$ 220,9 millones durante el mismo trimestre.
Caporella se disculpó por el bajo desempeño de la compañía asegurándoles a los inversionistas que no se debía a la “mala gestión ni a actos de Dios”. En cambio, dijo que la caída en las ventas y en las ganancias fue causada por la “injusticia”.
“Estamos realmente arrepentidos por los resultados. La negligencia, la mala administración y los actos de Dios no fueron las razones: ¡Gran parte de esto fue el resultado de la injusticia!”, escribió.
En el texto, el CEO habla de “la pasión que crea el maravilloso refrigerio”, del “sonido y personalidad” de la palabra La Croix, junto con la “increíble experiencia de su sabor único”. “Sólo pregúntenle a cualquier consumidor de La Croix si cambiaría esa sensación: de ninguna manera, gritan, ¡Amamos a nuestra La Croix!”, finalizó el polemico directivo que el año pasado fue acusado de acoso sexual.