Tu marca personal, Āæun resumen o una idea? El paraĆso, Āæpasado, presente o futuro? Si este fuese un verbo, Āæen quĆ© tiempo lo conjugamos? De modo natural, descubrir nuestro propĆ³sito se asocia con una meta o una cima de un trayecto, por lo tanto, se supone este en un tiempo futuro. Sobrados son los ejemplos e ilustraciones al respecto, estos mapas cardinales orientan los esfuerzos hacia ese objetivo sean de subida, de bajada o rotando, la idea es culminar.
La primera ilusiĆ³n de mi niƱez tenĆa que ver con una carretera y una corbata: ser chofer de Ćmnibus de MĆ©xico. Entrada la adolescencia, imaginaba ser cronista deportivo e imitar a don Fernando Marcos y sus cuatro palabras; a los 13 aƱos no tenĆa duda, yo serĆa un futbolista profesional, solo faltaba decidir en cuĆ”l equipo lo harĆa primero antes de mi debutĀ azulcrema. LlegĆ³ el bachillerato, la universidad, el trabajo y otras muchas cosas concernientes a crecer (en edad) fueron alejando de poco en poco el fĆŗtbol de mi lado consciente (suponiendo que este exista), incluso me fui convenciendo de la ingratitud de esta disciplina. TardĆ© casi nada en asumirme como āantifutbolā, pasando a ser un crĆtico (de cafeterĆa), enlistando las ānā cosas por las que el fĆŗtbol resulta ser inviable como aficionado.
Ayer 30 de noviembre, yo en CinĆ©polis con ānachos extraquesoā en mano, decidĆ ver el juego en total concentraciĆ³n rechazando cualquier otra opciĆ³n de lugar y compaƱĆa. Un acto egoĆsta y de cierta manera hipĆ³crita, ver el partido donde nadie me conoce y ser otra vez un doceaƱero insinuando saberlo todo. AsĆ es, volvĆ a soƱar con ganar y por goleada, construĆ al menos 5 escenarios para el juego. GritĆ©, apretĆ© los labios, empuƱƩ las manos, pasĆ© los dedos por lo que queda de mi cabellera en varias ocasiones, me levantĆ© del asiento sin mirar a los vecinos de butaca, sentĆ nuevamente que nadie entiende la grandeza del fĆŗtbol como yo.
Tal vez, esta emprenda en la bĆŗsqueda del sentido solo debiera existir en tiempo futuro, y morir en el intento por lograrlo sea el viaje correcto. Espero ser de los pocos que descubren la Eureka en su retrovisor.