El empaque es uno de los elementos que suelen distinguir a los productos de las marcas, puede ser el principal diferenciador respecto a la competencia, por lo que es considerado uno de los elementos que ofrece mayores posibilidades para establecer estrategias de marketing efectivas y redituables.
Pero, ¿es realmente un factor decisivo? Para más del 69 por ciento de los consumidores sí lo es, pues incluso están dispuestos a pagar más por un producto que tenga un buen packaging, revela el el Estudio Packaging 2017 del Departamento de Investigación de Merca 2.0, superando al 2 x 1 a quienes dijeron que no están dispuestos, el 30,1 por ciento de los 637 consultados.
Este dato es contundente pero, ¿qué factores estimulan a que las personas tomen esta postura? Entre ellos está que los empaques cumplan con su funciones básicas como proteger y conservar el producto, que lo distinga entre su competencia, lo identifique y que provea información clave y valores de la marca.
Pero, actualmente el consumidor es más exigente, por lo que busca otros valores como que sea amigable con el ambiente, y que además tenga un diseño sea inteligente, resellable (abrir y cerrar), incluso que sean packaging comestibles.
No olvidemos que, de acuerdo con un estudio realizado por C Space el 39 por ciento de los consumidores confía en una marca gracias a la presentación o empaque que caracterizan sus productos, por lo que cumplir con sus expectativas puede motivar una decisión de compra.