Desde este miércoles los taxistas en Barcelona se han declarado en huelga durante 48 horas para protestar por el crecimiento de la presencia de empresas como Uber y Cabify que gestionan coches con conductor (licencias denominadas VTC). Y la magnitud de las actuaciones de una parte de los taxistas manifestantes ha sido tal, que ha traído como consecuencia que dichas plataformas hayan suspendido su actividad en Barcelona.

El sindicato que agrupa a Uber, Cabify y empresas similares ha tomado la decisión ante las agresiones que incluían patadas, lanzamiento de objetos contundentes y pintadas con spray, de las que han sido víctimas varios coches incluidos varios que transportaban pasajeros, incluidos niños.

Aunque no ha sido la mayoría, las actuaciones violentas han sido las protagonistas de este episodio que las plataformas de coches con conductor no desean repetir este jueves, mientras que para esta segunda jornada los taxistas amenazan con acciones que incluirían el bloqueo de las vías para acceder al aeropuerto, el puerto y la estación central de trenes de Barcelona, si no se aprueba en las próximas horas el reglamento que limita estos servicios a la mitad en el área metropolitana y cuya entrada en vigor ha sido suspendida de forma cautelar.

Por su parte Uber y Cabify, solo volverán a sus actividades cuando todo se normalice, mientras que la patronal Unauto VTC ha emitido un comunicado donde explica que “para el sector de las VTC lo primero es la seguridad de conductores y pasajeros”. Al tiempo que añade “Como consecuencia de los ataques organizados por grupos radicales, hemos decidido suspender temporalmente el servicio hasta que la situación esté bajo control”.

No es la primera vez que este tipo de situaciones se da contra los conductores y coches de Uber y Cabify, y aun cuando se trate de protestas legítimas, cuando la imagen que impera es la de las agresiones, las reclamaciones pierden fuerza, debido a la forma. De hecho son los propios usuarios los que critican esta actitud, que proviene de los grupos más radicales, pero que al final hace que paguen justos por pecadores.