Después de casi dos meses de la renuncia de Travis Kalanick, Uber nombró a Dara Khosrowshahi, ex CEO de Expedia como su nuevo director general, personaje que tendrá ante sí innumerable retos de gran calibre por superar.
Reparar la cultura y percepción pública sobre la empresa así como controlar a los competidores locales que crecen de manera interesante en diferentes mercados serán sólo algunos de los desafíos dentro de una gran lista que parece ser interminable y en la que cada uno de los rubros puede ser una prioridad.
Sin embargo, el gran enemigo para la nueva administración será dar solidez a un modelo de negocio que ha sido cuestionado con énfasis durante los últimos meses. Uber y su nuevo CEO tienen ante sí la obligación de demostrar que la empresa es un negocio real; la presión de inversionistas y conductores sobre el tema es creciente, y no controlar las preocupaciones al respecto confirmarían las teorías de que la gran aplicación de movilidad es sólo un servicio de taxis masivamente subvencionado.