Luego del siniestro vial en Temple, Arizona, donde murió una mujer, las pruebas de autos autónomos de Uber sufrieron un golpe de knock-out. Al menos eso parecía.
El vehículo atropelló a Elaine Herzberg, de 49 años, quien fue golpeada mientras llevaba una bicicleta del otro lado de la calle por donde transitaba el vehículo autoconducido. Herzberg murió a causa de las heridas.
Los últimos informes sugieren que el software de conducción autónoma de Uber puede haber “interpretado” que no necesitaba tomar medidas evasivas porque “posiblemente” señaló a la mujer como un “falso positivo”.
Sin embargo, aunque se pensó que Uber abandonaría las pruebas por largo tiempo tras el desastre, el CEO de la compañía, Dara Khosrowshahi, confirmó que reanudarán los experimentos de sus autos autónomos “en unos pocos meses”, según The Verge.
Lo dijo en la segunda Elevate Summit de Uber, en Los Ángeles. Khosrowshahi entiende que sus vehículos autónomos volverán a las carreteras poco después de la publicación del informe de la Junta Nacional de Seguridad del Tránsito.
Luego del accidente, surgieron indicios de que el programa de autocontrol de Uber estaba potencialmente cargado de riesgos. Por un lado, porque Uber redujo el número de “humanos que controlan la seguridad” en sus autos de prueba de dos a uno, según un informe del New York Times. Esto explica por qué el conductor que estaba en el auto que mató a Herzberg estaba solo.
En paralelo, Reuters luego descubrió que la compañía había reducido el número de sensores en sus autos de prueba. Todo esto, en el marco de un entorno de poca supervisión por parte del gobierno de Arizona.