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Las acciones de Uber se colocan en 42.02 dólares por título, uno por ciento por arriba de su precio debut
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Business of Apps apunta que, diariamente, la compañía realiza alrededor de 14 millones de viajes
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Para 2015, solo 14 por ciento de los conductores afiliados a la compañía eran mujeres
Desde su Oferta Pública Inicial (IPO), la fortuna de Uber no ha sido la más positiva. Después de un desastroso debut bursátil, el valor de sus acciones se fue inmediatamente en picada y con muchos trabajos se han recuperado más o menos a su nivel inicial. A eso hay que sumarle un primer reporte trimestral pobre, iniciativas controversiales, escándalos y la salida de algunos de sus ejecutivos más importantes. Pero la compañía no se ha dado por vencida.
Según AP, la compañía de taxis compartidos tiene dos buenas noticias. Junto con Volvo, presentó la tercera generación de sus camionetas de conducción autónoma. El vehículo podrá manejarse de forma independiente desde la fábrica, en lugar de necesitar ajustes extra. Uber señala que el carro debería ser capaz de manejarse sin ayuda. Sin embargo, se han instalado varios sistemas de respaldo, incluidos frenos y volante manuales, en caso de alguna falla.
La camioneta empezaría a circular, en viajes de prueba, a inicios de 2020. Pero seis meses antes, Uber comenzaría pruebas para un nuevo sistema de entrega de comida por dron. Estos sistemas autónomos, en lugar de llevar la comida directamente a los usuarios, la dejaría en una “zona designada” para ser recogida por sus mensajeros. La prueba se llevará a cabo solo en San Diego y se aliará, al menos al principio, solo con la cadena de comida McDonald’s.
Uber, por la conquista de los cielos
Varias marcas han mostrado interés en automatizar el envío de paquetes. Ford reveló hace unas semanas un robot autónomo capaz de entregar directamente en puerta sin ayuda de seres humanos. Amazon, así como Uber, también estrenó hace unos días su propio vehículo aéreo no tripulado. Y en iniciativas similares, Google y Budweiser (aunque ésta última en una campaña de efecto limitado) también han explorado estas máquinas para mover sus bienes.
Es interesante notar que Uber parece estar apostando muy fuerte al transporte aéreo. Y es que prometió, junto con AT&T, revolucionar la industria en menos de un año. Si bien se trata de un proyecto único en valor, es también muy riesgoso. Si las pruebas comprueban que se trata de operaciones de poco riesgo físico y material, sería la pionera en un cuantioso mercado. Pero si hay accidentes graves, es probable que los reguladores o el público destruyan sus ilusiones.
Conducción autónoma, la otra frontera
También hay considerables retos para Uber en esta industria. Para empezar, el caso de ciertos rivales pone en duda la viabilidad económica de desarrollar rápidamente un sistema fiable de conducción autónoma. A eso hay que sumarle que varias compañías, desde automotrices y retailers, hasta compañías de hardware y tecnológicas están inmersas en el mercado. A los retos financieros y de desarrollo es crucial sumarle la cuestión de seguridad.
No son pocos los incidentes donde una persona muere por estos vehículos. Uber incluso protagonizó uno hace más de un año. Por eso es positivo que, con su nueva camioneta, haya priorizado la seguridad de la gente. Al menos de inicio, sus promesas aumentarían el atractivo de su vehículo entre la audiencia. Solo debe confirmar que su sistema de protección es mayormente infalible para no meterse en problemas con reguladores o el resto de la industria.