El servicio de ‘alquiler’ de coche particular con chofer que compite con los taxis donde quiera que logra instaurarse, ha logrado establecerse en más de 500 ciudades del mundo, mientras da la pelea en otras urbes, donde no es bien recibida por ser considerada competencia desleal según los reglamentos vigentes. Sin embargo, donde si presta sus servicios, la oferta es variada y puede cambiar de una ciudad a otra.
La aplicación de transporte, lanzada hace cinco años, además de prestar el servicio básico de traslado, ha ido agregando, según las características y creatividad de quienes lo dirigen en cada ciudad, diferentes prestaciones adicionales como puede ser el compartir una moto en Hanói, Vietnam o tener quien le lleve a catar vino a las bodegas chilenas (y en otros países) con la idea de ampliar su catalogo y llegar a más clientes.
Lo que comenzó con un simple servicio, ahora ofrece opciones que van desde UberX (el servicio habitual), pasando por UberBlack (servicio de transporte en vehículos de alta gama), UberSUV (vehículos de alta gama con capacidad para hasta siete pasajeros) y UberLux o UberPremium (vehículos de lujo conducidos por chóferes profesionales), hasta UberPool (trayectos largos compartidos) UberGreen, (Servicio en vehículos 100% eléctricos con cero emisión de dióxido de carbono) estrenado en Portugal o UberBike (servicio para transportar bicicletas en el maletero).
Pero además existen las opciones de UberXL (servicio en vehículos con capacidad de hasta seis pasajeros), UberGo (en la India para trayectos cortos), UberFamily, para menores de edad que deban viajar y lo hacen en compañía de adultos responsables), UberEnglish, (con conductor de habla inglesa), UberPop, para compartir el viaje con otros clientes (tanto como la capacidad del vehículo lo permita), UberAssist (Servicio para usuarios que requieran, por ejemplo, la silla de ruedas y andadores.)
Y si se trata de otras originalidades, Uberwine, para los amantes de las catas de vino o Uberchopper para trasladarse en helicóptero, repartir comida a domicilio (Ubereat), repartir helados (en algunas ciudades), traslado a bodas o alquiler de yates, sin dejar de lado las nuevas posibilidades que abre a los viajes con coches sin conductor.
Puede que el servicio, sea una fuente de polémica por temas de regulación (con razones muy validas en la mayoría de los casos), pero lo que está claro en que por inventiva y creatividad, en medio del boom de las iniciativas de economía colaborativa, son una opción que parece estar aprovechando cada nicho que encuentran, aunque otras empresas buscan también dar la pelea en un sector económico que parece tener larga y complicada vida.