Cifras de Statista señalan que el sector fast food es uno de los que genera mayores ingresos, pues sólo en mercados como Estados Unidos se prevé que supere los 223 mil millones para 2020.

De ahí que la app líder de transporte, se interese tanto en el reparto de comida. Sin embargo, Uber Eats, no ha corrido con tanta suerte.

En la Ciudad de México, agentes de la Secretaría de Seguridad Pública detuvieron a 10 presuntos narcomenudistas que ocultaban drogas en maletas de la firma para poder distribuirlas en zonas del barrio de Tepito, Zona Rosa, Condesa y colonias extras de la delegación Cuauhtémoc.

La marca se deslindó de los hechos, pero aceptó que los repartidores sí eran de la empresa y se mostraron dispuestos a colaborar con las autoridades para la investigación.

Ahora, en Estados Unidos, llega un caso mucho más grave. La Policía de Atlanta busca a un conductor de Uber Eats que presuntamente disparó y mató a un cliente después de entregarle el reparto de comida.

Llegó en un Volkswagen blanco para hacer su entrega en el domicilio de un hombre, de 30 años de edad, llamado Ryan Thornton, pero luego de discutir le disparó varias veces.

Uber reconoció previo a este hecho, que va en contra de la política de la compañía que sus conductores porten armas de cualquier tipo, pero no indicó qué medidas toma para evitarlo.

Aún con todo esto, la plataforma de servicio privado Uber, dio a conocer sus resultados correspondientes al cuarto trimestre de 2017, así como anuales, en los que se reportó que los ingresos netos ajustados del último cuarto del año pasado aumentaron un 61 por ciento a dos mil 220 millones de dólares en comparación con el mismo lapso de 2016. Parte de esto, por medio de Uber Eats.

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