Uno de los efectos más importantes que trajo la irrupción de las nuevas tecnologías fue la evolución radical de los modelos de negocio convencionales. Con rapidez, el mercado adoptó una nueva forma de satisfacer sus necesidades más básicas, en donde la compra tradicionales es cada vez con menor frecuencia la única vía para conseguirlo.
El protagonismo en el sector empresarial que ostentan las compañías que basan su oferta en la lógica sharing eocnomy es el ejemplo más tangible al respecto. Estimaciones de PwC revelan que la economía colaborativa -modelo bajo el cual trabajan más de 7 mil 500 plataformas en todo el mundo– tendrá un impacto global de más de 335 mil millones de dólares en 2025.
La digitalización del mundo y el poder que esta tendencia otorgó a las personas para no sólo decidir qué y en dónde consumidor, sino cómo hacerlo dio paso al nacimiento de, lo que muchos catalogan una ‘empresas de nueva generación’.
Estamos ante paradigmas revolucionados en los que existen una ola de marcas que, sin tener realidades de productos tangibles y propias, mantienen la preferencia del mercado, incluso por encima de empresas que históricamente habían liderado algunos segmentos.